Tarazona y la tradición del Cipotegato

El Palo se juega este domingo en Tarazona seguir luchando por ascender a Segunda División B. Los de Funes defienden un 2-1 de San Ignacio y viajarán a tierras aragonesas para seguir persiguiendo el sueño. El encuentro se disputará a las 18:30 horas en el Estadio Municipal de Tarazona, campo prácticamente inaccesible en esta temporada. Una ciudad maña en la que su tradición más universal es la del Cipotegato, que llegó a ser declarada de Interés Nacional hace una década, en 2009, pero que se celebra desde décadas atrás, concretamente desde el 1987.

El Cipotegato es elegido por sorteo entre los jóvenes de la ciudad. Se trata de un personaje de Tarazona que va encapuchado y se disfraza de arlequín, en un traje que está compuesto por tres colores: amarillo, rojo y verde. El 27 de agosto, día en el que se celebra cada año y que abre las Fiestas Generales de Tarazona en honor al patrón San Atilano, a las 12 del mediodía el protagonista aparece en la plaza, a la que llega a través de un pasillo abierto que componen a los lados amigos y antiguos Cipotegatos. En ese camino es perseguido por una multitud de personas que le lanzan tomates contra el cuerpo. En caso de salir victorioso de esa pasarela será subido a la escultura que se hace en su honor en la misma plaza (ver vídeo superior cortesía de Aragón TV).

El Cipotegato se puede considerar como un festejo que continúa pervive de las tradiciones populares de la Edad Media. Una fiesta con un carácter abierto y participativo, donde puede participar cualquier habitante de Tarazona, pero también turistas que estén en ese momento en la ciudad. Ha ido adquiriendo más relevancia con el paso de los años y también está siendo una atracción infantil, en unos actos que abarcan a todas las edades. Es la historia del Cipotegato, una de las señas de identidad de Tarazona, penúltimo rival de El Palo para ascender a Segunda B.