Al Málaga se le hace de noche

Que estamos ante el peor Málaga de la temporada es evidente. Que no hay que dramatizar ni sacar conclusiones definitivas a estas alturas de curso también, pero el conjunto blanquiazul no ofrece buenos síntomas y encadena por primera vez dos derrotas consecutivas. La de este sábado es de las que duelen, la primera en casa, en un derbi andaluz, ante un rival directo en la lucha por el ascenso. Un Granada que sin hacer nada del otro mundo, ordenándose y esperando su oportunidad, se lleva tres puntos de oro de La Rosaleda frente a un equipo falto de fútbol, de ideas, de chispa y de gol.

El Málaga salió en tromba. Pocos segundos después de que Soto Grado pitara el comienzo, Blanco Leschuk tuvo la primera gran oportunidad para abrir el marcador. Juanpi filtró un buen pase para N'Diaye, que ejerció de extremo y se la puso rasa al delantero argentino, que no acertó a rematar bien. Hubo más arreones, en la primera media hora, y la segunda ocasión llegó en el 22'. También fue clara, la tuvo Ontiveros tras una buena dejada de Harper que dejó sólo al marbellí, pero tardó tanto en pensar qué hacer y en escorarse para tirar, que al final quedó en nada.

Calidad nazarí en tres cuartos

Dos veces perdonó el Málaga ante un Granada no se achantaba, trataba de salir rápido combinando bien y tiene jugadores para hacerlo. Pozo, Fede Vico y Vadillo son futbolistas de quilates para la Segunda División, y se palpa sólo con verlos triangular entre ellos sobre el césped. También es un delantero destacado en la categoría Adrián Ramos, que aprovechó un error para dar el primer susto a los de Muñiz. Su potente disparo con la izquierda lo repelió Munir, bien colocado.

Despertó el conjunto nazarí, que estuvo mejor tras el ecuador del primer tiempo. Sin llegar a generar demasiado peligro más allá de esa parada de Munir al delantero colombiano, los de Diego Martínez parecían estar más cómodos sobre el verde de La Rosaleda frente a un Málaga que dispuso de varias jugadas a balón parado a las que no supo sacar provecho. 

La segunda parte arrancó con la primera, con una oportunidad para Blanco Leschuk, esta vez a centro de Dani Pacheco, que sustituyó a Ontiveros tras el paso por los vestuarios. No era el día del delantero argentino, que se elevó bien pero volvió a rematar mal, esta vez con la testa. Cuando parecía menos entonado el Granada, llegó el gol de los visitantes y el silencio en La Rosaleda. Silencio momentáneo, porque segundos después de encajar el 0-1, la afición rugió como no lo había hecho hasta este momento para levantar a los suyos del gol nazarí, obra de Montoro (54'), que aprovechó un rechace para disparar desde fuera del área. El balón tocó en Lacen, que desvió lo suficiente para que la tardía estirada de Munir no sirviera de nada.

Inoperatividad ofensiva total

Reaccionó el Málaga, con más ganas y coraje que fútbol. Al menos demostró algo más de ambición con el 0-0. Harper tuvo una, pero un defensa visitante desvió su disparo y salvó a los suyos de lo que pudo ser el empate. Pero el Granada estaba en su salsa, saliendo a la contra y estando cerca de marcar el segundo. Por fortuna para el Málaga, Vadillo no cabeceó bien. Pacheco aportó algo en sus primeras intervenciones, de sus botas nacieron la ocasión más clara del conjunto blanquiazul en la segunda mitad, un disparo fortísimo de N'Diaye que se marchó desviado por muy poco.

Que un tiro desde fuera del área sea la mejor oportunidad del Málaga viene a demostrar la inoperatividad ofensiva del equipo, que yendo por debajo y ante su público no fue capaz de hincarle el diente al Granada en casi ningún momento. Los rojiblancos se cerraban muy bien, con continuas ayudas entre sí, y el cuadro malaguista se desesperaba porque no era capaz de generar nada. Pero nada de nada. 36 minutos más el descuento tuvo el Málaga para intentar igualar la contienda, pero la sensación fue que el Granada ganó el partido nada más marcar, porque los de Muñiz ni rondaron el area de un Rui Silva que parecía un espectador más.