Alma de ganador

Merecía una alegría La Rosaleda para cerrar el año 2018. Ha sido un año muy duro para el malaguismo, que ha recuperado la sonrisa esta temporada viendo a su equipo pelear por volver a Primera. El Málaga ha vuelto a saber golpear y castigar a los rivales cuando tiene la oportunidad, y a ser sólido. Vuelve a tener alma de ganador, ejemplificada a la perfección este viernes en el capitán, Fede Ricca, con ese gol que dio el triunfo en el derbi andaluz ante el Cádiz.

Comenzaron nerviosos ambos equipos, con multitud de imprecisiones en la entrega y con mucha dificultad para tener posesiones largas. Balones por alto, choques, disputas... Había mucho en juego, y se demostró desde que Trujillo Suárez pitó el comienzo. Intentaba proponer algo más el Málaga, con un N'Diaye más participativo en duelos anteriores, pero el Cádiz estaba bien plantado atrás y no concedía.

Los de Cervera seguían el plan que tanto ha utilizado Muñiz esta temporada, intentar robar y salir rápido para penalizar al rival a la contra. Así tuvo la primera al borde del primer cuarto de hora, pero le salió blando el remate a Lekic y lo atrapó Munir. Al Málaga, como viene ocurriendo en los últimos encuentros, le costaba asociarse en tres cuartos de campo, pero en el 29' tuvo la mejor ocasión hasta ese momento tras un gran centro de Juanpi que no llegó a rematar Blanco Leschuk, que si la hubiera desviado muy probablemente habría adelantado a su equipo. Estaba bien colocado Cifuentes, que salvó a lo suyos del 1-0.

Tensión e intensidad toda y más, pero juego poco. Y por ambas partes. El Cádiz generaba peligro sólo a balón parado, hasta que una buena combinación entre Manu Vallejo y Álex Fernández casi acaba en gol. Cortó Pau Torres con el brazo el disparo del centrocampista madrileño, pero el colegiado no señaló penalti. Se libró el Málaga de un penalti y de lo que podía haber sido la expulsión del central, que ya había visto una amarilla. Con la crispación cadista y una mejor versión de los visitantes se llegó al descanso, con gafas en el marcador. Sin fútbol, pero con polémica.

Gran segunda parte

Salió el Málaga mucho más enchufado tras el paso por los vestuarios. Avisó Pacheco con un tiro cruzado que se fue desviado, y luego Juanpi tuvo una clamorosa ocasión para poner el 1-0, pero su disparo raso tras una buena jugada combinada lo sacó Cifuentes con una gran mano baja. Harper cogió el rechace la mandó al fondo de las redes, pero el linier levantó la bandera y anuló el tanto por fuera de juego. Salió Ontiveros y volvió a prender la mecha, como casi siempre que entra como revulsivo.

Estaba mereciendo el gol el Málaga, y llegó en el minuto 70. Un rechace de un córner le cayó a Harper, que tras un recorte exquisito la puso al área para que Ricca la metiera con el alma. Fue con la derecha y el disparo le salió mordido, pero la pelota entró y La Rosaleda tembló. Hacía justicia el tanto con un Málaga que mejoró notablemente en la segunda mitad, demostrando más hambre y ambición.

No pasaron demasiadas cosas en los 20 últimos minutos, para bien del Málaga. Se cerró bien el conjunto blanquiazul, supo sufrir, porque ganar sin sufrir en esta categoría se está demostrando que es muy complicado. El Cádiz apretó con más ganas que juego, y los tres puntos se acabaron quedando en La Rosaleda. Buen broche al año 2018 en Martiricos, un año muy duro para una afición que ahora vuelve a estar ilusionada por poder regresar a Primera.