(1-2) El Málaga sufre para sellar media permanencia

 

Con sangre, sudor y lágrimas, pero el Málaga se llevó finalmente los puntos de Santander, donde dio un golpe de autoridad y selló media permanencia con su victoria sobre un Racing de Santander que buscó el empate hasta el último suspiro. El equipo de Manuel Pellegrini cimentó su triunfo en una primera parte de libro, en la que Julio Baptista, bestial su regreso, y Seba Fernández dejaron noqueado a los de Marcelino. No obstante, tras el descanso recortaron los cántabros, se marraron ocasiones para cerrar el encuentro y el Málaga terminó con la lengua fuera. Tampoco ayudó un condescendiente Mateu Lahoz. El corazón, una vez más, al borde del ataque, aunque continuar en Primera División está bastante más cerca.

El Málaga disponía en El Sardinero de una oportunidad de despegar y meter en el lío a varios de sus adversarios. Ocasión inigualable a estas alturas de campaña. Porque Osasuna y Real Sociedad habían caído, el Racing aún estaba a tiro y en caso de victoria se traspasaba el miedo a Getafe, Zaragoza o Dépor. Lo dijo Duda a comienzos de semana: "Si ganamos al Racing, montamos un pollo en la Liga". Pellegrini tuvo que mover piezas: quitó como se esperaba a Mtiliga para introducir a Eliseu y alineó a Manolo en lugar de Jesús Gámez, baja de última hora. Un once coherente y valiente, pocos hombres de corte defensivo sobre el verde. Por fin el técnico chileno ha conseguido que su Málaga tenga identidad y sea reconocible. Aunque no estuvo fino en la segunda mitad. 

El inicio del partido recordó al del Levante. El Racing saltó a morder y poco tardó en dar el primer aviso. A los dos minutos de partido estuvo a punto de abrir el marcador. Rosenberg apareció solo, dribló a Willy y no anotó porque se quedó sin ángulo. Su plan consistía en salir como cuchillos cada vez que un Málaga impreciso perdía el balón. Y lo interpretó a la perfección. Los de Pellegrini salieron a adormecer el encuentro, mientras el Racing daba miedo en cada chispazo. El punta sueco la volvió a tener poco después y Giovani Dos Santos puso a prueba los reflejos del arquero blanquiazul. Se notó que la salvación, la vida en Primera, estaba en juego. El miedo hacía preso al Málaga, ausente en los primeros 20 minutos de sufrimiento.
El Sardinero, no obstante, en vez de disfrutar de un tanto de los suyos, asistió al gol de la jornada obra de Baptista. La Bestia la cogió a 25 metros de la portería, se la preparó con tranquilidad y soltó un latigazo que limpió la escuadra de Toño. Golazo a su víctima preferida. Antes, Duda casi caza una al vuelo y Rondón desperdició dos oportunidades claras, una de ellas enviada de cabeza al palo. Le come la ansiedad al vinotinto. Fue sustituido al descanso.
El Málaga, para cuando marcó el brasileño, ya se había apropiado del choque. El Racing luchó por reestablecer la igualdad y no anduvo lejos. De nuevo Willy respondió a un disparo a bocajarro de Dos Santos. Pero los de Pellegrini se habían estirado y hecho con el balón. Nada que ver con el arranque, al Racing ahora le costaba horrores lanzarse con peligro. Y para evitar dudas, emergió Seba Fernández para marcar el segundo en un barullo en el área. Baptista le asistió con una especie de media chilena y el torbellino charrúa fusiló en su segundo intento. Corría el minuto 35. Sonreía el Málaga y sonreía Pellegrini. En ese momento media permanencia dormía en la maleta.
Con Camacho en lugar de Rondón, el guión del Málaga cambió para asegurar el resultado. Buscar a Toño ya no era la prioridad, sí conservar la renta. También se contaba con más espacios del Racing. Y a la contra pudo matar el partido Papelito Fernández. Baptista aterrorizaba cada vez que se dejaba ver por las inmediaciones del área cántabra. También aterroriza la permisividad de Mateu , que se recrea demasiado en su arbitraje inglés y no pita faltas que son clarísimas.
Cuando más feliz pintaba la historia para el Málaga, llegó el zarpazo por medio de Rosenberg. Recortó distancias el Racing y se abrió un nuevo partido de 15 minutos. Los fantamas del pasado amenazaron con aparecer. Cada aproximación del Racing provocó el infarto en los de Pellegrini, pero fue Apoño el que echó por tierra una ocasión magnífica de sentenciar, absolutamente solo ante Toño. No le ayudó Maresca, cuyo ritmo ya no es para la élite. Con el partido en el descuento, el meta racinguista corrió a rematar un córner y se incrustó como delantero. Marcelino se desgañitaba en la banda. La Segunda División acecha. Willy y Weligton salvaron al Málaga, que sobrevivió colgado del palo de su arco. El sufrimiento fue máximo, también gracias a la desastrosa actuación final de Mateu. Finalmente, el Racing se quedó sin premio. El que se sí se trajo el Málaga, que da un paso de gigante para lograr la permanencia.