O no puedes o no te dejan

Sorpréndase el que quiera, pero demuestra que no ha visto muchos partidos del vigente campeón de Liga. ¿Feo? ¿Antiestético? Todo eso es subjetivo. Pero así es el Atlético de Madrid, ahí tiene su manantial de puntos. De lo táctico, del balón parado, del contragolpe mecánico, de sus automatismos. El Málaga estaba demasiado crudo para afrontar este choque.
Primero porque venía sin la necesidad y segundo porque respetaba demasiado al contrincante. Por eso en lugar de intentar imponer su ritmo cardíaco al partido cayó en el pulso que más convenía a los pupilos de Simeone. 
El Málaga tuvo dificultades para sacar el balón cuando el Atleti presionaba arriba y se chocaba incesantemente con el muro colchonero cuando le esperaba atrás. Armado, ordenado, silencioso. Mató la velocidad del equipo de Gracia, que se sintió menor ante un fútbol que requería de soluciones prácticas desde un juego más estático.
Y el guion habría sido el mismo con o sin goles. Porque el conjunto rojiblanco ha tejido en su escudo esa paciencia. Les da igual afear el duelo. Luego podemos analizar esos dos tantos. El primero de córner, con un Roque que anduvo mal en la marca a Tiago y un Kameni que quizás pudo hacer más. El de Griezmann, para rematar la primera parte y casi el partido, no fue de laboratorio pero casi. El nueve cae a banda y se lleva a su par, la toca a donde sabía que aparecería Arda (que dejó atrás con suma facilidad a Antunes) y luego el turco la puso para que el francés la empujara, con Sergio Sánchez sin saber qué agujero tapar y Torres sin saber por dónde andaba su cartera.
No había mucha esperanza de levantar el partido, pero quedaba ver de nuevo qué recursos era capaz de poner sobre el tapete Gracia, sus intenciones, su maldad para voltear en encuentro contra un rival de colmillo retorcido.
Tras unos minutos de ver hacia donde caminaba el partido, Gracia movió ficha. Sacó a Horta y quitó a Torres, poniendo una defensa de tres. Y el efecto, aunque no tuvo incidencia alguna, fue inmediato. El Atlético dejo los espacios suficientes para que el Málaga montase una jugada marca de la casa. Samu abrió para Castillejo, que centró al segundo palo y Roque, en un escorzo brutal, la enchufó.
Le entraron dudas a Simeone y al Atlético, que llegó a tener un par de opciones de Jiménez que frustró Kameni. Pero la vida con un Teixeira en el campo es menos vida. Expulsó a Samu por doble amarilla. Ambas rigurosas, la de la primera mitad y la que le mandó a la caseta. Era muy difícil.
Al final llegó el tercero, con Kameni haciendo algo raro y dando vida a los que piden que juegue Ochoa -allende el Atlántico, más que nada-, fue Godín, en otra jugada de semi-laboratorio.
Y se fue una ocasión de intentar la hombrada en el Calderón, con Teixeira mostrando también la segunda amarilla a Gabi (comparen sus entradas y las de Samu. Opinen). Una lástima, más que nada porque ahora viene el Madrid y tienes que afrontarlo sin dos titulares como Camacho y Samu. Y con la sensación de que ante los grandes es difícil retarse de igual a igual.