Málaga CF
0-0
Girona
Sin goles no hay redención
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Es cuestión de fe y de resultados. La primera parece perdida hace tiempo y los segundos no llegan. Ante la falta de calidad y capacidad para lograr un triunfo, el Málaga parece abocado a una catarsis, a una carambola, que se resiste, que no llega. Ni en una jornada que se antojaba propicia, ni jugando en casa, ni con el debut de José González, ni con el estreno de Samu en su vuelta al Málaga… Nada fue suficiente para que el equipo blanquiazul renazca. Empató a cero ante el Girona sumando un punto que se antoja estéril ante la necesidad imperiosa que tiene de sumar de tres en tres. El colista sigue siendo colista una jornada más y el imposible se mantiene a la misma distancia.
Y es que la incapacidad de ver puerta y de crear fútbol es manifiesta. Y es verdad que este Málaga ha logrado construir un entramado defensivo que le permite desarmar a sus rivales, al menos, durante buena parte de los encuentros. Como ocurriera en Ipurúa nada se supo del rival en el primero de los tiempos, pero al final, el equipo cae y se termina rezando por el resultado menos negativo.
El Girona estaba lejos de ser el equipo alegre y de enorme desparpajo que le ha permitido estar en la zona media de la tabla. El equipo de José González había conseguido adueñarse del choque, pero pasada la hora de duelo, se cayó y el cuadro catalán casi se lleva la victoria.
Es un paso importante el que ha dado el Málaga en compromiso y empuje, pero no basta. La calidad, en la mayoría de los casos, se suple con interés y garra, pero es necesario marcar. Sin goles no hay redención ni paraíso. A la espera de que alguien sea capaz de generar algo de juego desde la medular, el planteamiento era buscar la espalda para que Keko y Chory pusieran algún balón de gol. Pero necesita una vida entera este equipo para celebrar goles y las claras no terminan en el fondo de la red. Como la que tuvo Keko de cabeza y sacó Bono a bocajarro.
Hubo ratos de buen juego y control, pero sufre mucho para llegar con claridad arriba y el cambio de Borja Bastón por En-Nesyri en el once inicial daba cierta facilidad al Girona a la hora de repeler las intentonas blanquiazules. Nada aportó el ariete que se vio castigado por la grada cuando José lo sacó del partido a la hora del encuentro para recuperar al autor del gol en Ipurúa. En-Nesyri salía con media hora por delante y la necesidad de devolver la sonrisa a los suyos.
Hace tiempo que al aficionado del Málaga le mutó el rostro. Todo es queja y suspiros de impotencia. El fuelle se iba apagando y el equipo de Machís empezaba a coger las riendas del partido. Stuani la tuvo de cabeza en la mejor del choque para el Girona, pero su remate, como el de Keko antes, tampoco quiso entrar.
Del Girona fue el tramo final del encuentro, temporizando, sabedor de que un empate era premio sobrado en su visita a Málaga tras la machada en el Wanda. Incluso, se vio capaz de asestar un golpe casi definitivo a las esperanzas blanquiazules. Encima, la expulsión de Chory (acarrea suspensión), impropia de un jugador de su veteranía, hizo de la victoria, y quizás la salvación, una quimera.
Tampoco la aparición de Samu, al que La Rosaleda acogió como un posible redentor, hizo cambiar un guión que obliga al más difícil a los de Martiricos.
Y es que la incapacidad de ver puerta y de crear fútbol es manifiesta. Y es verdad que este Málaga ha logrado construir un entramado defensivo que le permite desarmar a sus rivales, al menos, durante buena parte de los encuentros. Como ocurriera en Ipurúa nada se supo del rival en el primero de los tiempos, pero al final, el equipo cae y se termina rezando por el resultado menos negativo.
El Girona estaba lejos de ser el equipo alegre y de enorme desparpajo que le ha permitido estar en la zona media de la tabla. El equipo de José González había conseguido adueñarse del choque, pero pasada la hora de duelo, se cayó y el cuadro catalán casi se lleva la victoria.
Es un paso importante el que ha dado el Málaga en compromiso y empuje, pero no basta. La calidad, en la mayoría de los casos, se suple con interés y garra, pero es necesario marcar. Sin goles no hay redención ni paraíso. A la espera de que alguien sea capaz de generar algo de juego desde la medular, el planteamiento era buscar la espalda para que Keko y Chory pusieran algún balón de gol. Pero necesita una vida entera este equipo para celebrar goles y las claras no terminan en el fondo de la red. Como la que tuvo Keko de cabeza y sacó Bono a bocajarro.
Hubo ratos de buen juego y control, pero sufre mucho para llegar con claridad arriba y el cambio de Borja Bastón por En-Nesyri en el once inicial daba cierta facilidad al Girona a la hora de repeler las intentonas blanquiazules. Nada aportó el ariete que se vio castigado por la grada cuando José lo sacó del partido a la hora del encuentro para recuperar al autor del gol en Ipurúa. En-Nesyri salía con media hora por delante y la necesidad de devolver la sonrisa a los suyos.
Hace tiempo que al aficionado del Málaga le mutó el rostro. Todo es queja y suspiros de impotencia. El fuelle se iba apagando y el equipo de Machís empezaba a coger las riendas del partido. Stuani la tuvo de cabeza en la mejor del choque para el Girona, pero su remate, como el de Keko antes, tampoco quiso entrar.
Del Girona fue el tramo final del encuentro, temporizando, sabedor de que un empate era premio sobrado en su visita a Málaga tras la machada en el Wanda. Incluso, se vio capaz de asestar un golpe casi definitivo a las esperanzas blanquiazules. Encima, la expulsión de Chory (acarrea suspensión), impropia de un jugador de su veteranía, hizo de la victoria, y quizás la salvación, una quimera.
Tampoco la aparición de Samu, al que La Rosaleda acogió como un posible redentor, hizo cambiar un guión que obliga al más difícil a los de Martiricos.
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