Oliver afirma que la continuidad del Reus "está garantizada"

La situación del Reus, próximo rival del Málaga, es delicadísima. Cuestión de supervivencia para un club que este viernes perdió cinco jugadores, que quedaron liberados por impagos. Uno de ellos, Mikel Villanueva, que vuelve a Martiricos. Una situación insostenible que hacía que el partido en La Rosaleda del próximo 6 de enero estuviera en el aire. Salió a la palestra este sábado su máximo dirigente, increpado por aficionados a su llegada, para intentar aclarar toda la incertidumbre que rodea al equipo catalán, que se enfrenta a una situación verdaderamente complicada.

En un suceso que avanza por días, aún no se descarta cualquier escenario. Eso sí, en mitad del maremoto, Joan Oliver se mostró contundente. "No estoy aquí por placer sino porque es una obligación y esta es la situación. A día de hoy, la continuidad del primer equipo está garantizada. Esa es la gran diferencia respecto a hace 20 días y eso permite que los temas financieros se puedan solucionar con cierta celeridad y ese es el mensaje que quiero transmitir", explicaba, aunque luego no ocultó una realidad que está sobre la mesa: "Si no vendemos, la continuidad será muy difícil".

Su intención es vender el club, aunque no es sencillo. "Estas marchas lo que hacen es agravar una situación de crisis que llevamos arrastrando desde final de la temporada pasada y hace más complicado seguir trabajando en los dos objetivos inmediatos: primero, encontrar recursos financieros que el club necesita, os puedo decir que ha habido muchas negociaciones y hay todavía pero no cerradas; y el otro objetivo es el de mantener al Reus vivo", decía Oliver, que proseguía: "La operación está viva y se sigue negociando para cerrar la venta. Desde el mes de agosto cuando se hizo evidente que necesitábamos un refuerzo financiero comencé a trabajar en ello. Es evidente que las dificultades que hemos tenido lo han hecho todo más difícil pero siguen vivas y en algún caso ha habido alguna opción que se podría haber cerrado pero no se ha hecho".

"No puedo garantizar nada, pero quiero vender e irme"

"Yo no puedo garantizar nada. Estoy trabajando porque entiendo que es mi responsabilidad. Busco la venta del club y también mantener el primer equipo compitiendo en LaLiga 1|2|3. Lo único que puedo garantizar es que seguiré trabajando para que esto ocurra", añadía el máximo dirigente catalán, que profundizaba: "Quiero vender e irme, pero lo que no haré es cambiar el orden de estas dos cosas. No me iré dejando una situación muy grave para el Reus. La solución del Reus es financiera y yo no la tengo".

"Mi impresión es que si se arregla la situación financiera y llega un nuevo propietario al club todo se solucionaría", aseguraba Oliver de un club en preconcurso de acreedores, antes de reconocer el punto de partida de la delicada situación: "Pese a no derrochar, para hacer un equipo competitivo, el Reus ha ido perdiendo alrededor de un millón de euros por año. Había un acuerdo con inversores chinos, minoritarios pero que iban ganando cuota, pero cambió la política del gobierno chino en inversiones en el extranjero. Mi error fue no darme cuenta de cuánto afectaría eso al Reus".