Munir y su breve aventura en A Coruña
Munir Mohand (Melilla, 1989) recibirá este domingo un trozo de su pasado en Málaga. Aterriza el Deportivo de La Coruña, donde el portero pasó unas semanas a prueba. No duró más su estancia en Galicia, donde ambas partes decidieron que lo mejor era separar sus caminos. El marroquí desembarcó en el norte de España para enrolarse en el División de Honor coruñés con la mayoría de edad por cumplir, aunque no llegó a dar réditos esa unión. Poco tardó en volver a su tierra, donde sí consiguió despegar.
El internacional llegó a tierras gallegas con 17 años, aún en edad juvenil. Era la primera vez que salía de su tierra el portero, al que le costó adaptarse a un nuevo contexto, a miles de kilómetros de su hogar y de su familia. Tampoco ayudó la incertidumbre del Dépor, que lo tenía a prueba durante unas semanas. Los coruñeses no se decidían sobre su futuro y el cúmulo de circunstancias acabó por cansar al jugador, que decidió desandar sus pasos. Su idea era enrolarse en el División de Honor blanquiazul ya que ser tercer portero del Melilla en Segunda División B no colmaba sus expectativas competitivas. Sus minutos eran exiguos.
En esa coyuntura apareció el Ceuta, que le brindó la oportunidad que el marroquí buscaba. Horas de vuelo en una etapa crucial para su crecimiento y desarrollo. Lo aceptó e hizo el petate para regresar cerca de casa. Su buen rendimiento le propulsó e inicio su periplo en el máximo rival, el Melilla. Ahí, donde se forjaría durante un lustro entre el filial y el primer equipo, llamaría la atención del Numancia y el resto de la historia se conoce. Un paso casi testimonial por A Coruña, pero que a nivel de aprendizaje personal fue profundo. Este domingo recibe a un pedazo de su historia personal en La Rosaleda, donde es el guardián de Martiricos. En Málaga confirma todo lo que apuntaba cuando partió hacia Abegondo hace más de una década.
Es uno de los futbolistas clave para Juan Ramón Muñiz. Es el tercero que más jugó tras Pau Torres, no se perdió nada, y Fede Ricca. Junto a Adrián, los únicos tres jugadores que rebasaron la barrera de los 2.000 minutos. Sin compromisos internacionales con Marruecos es imprescindible. El club blanquiazul está siendo la plataforma para asentarse en el fútbol profesional del portero.
