El ‘Caso BlueBay’, visto para sentencia
El juicio entre el presidente del Málaga, Abdullah Al-Thani, y la compañía hotelera BlueBay ha quedado visto para sentencia este jueves tras la celebración en el juzgado de primera instancia número 12 de la Ciudad de la Justicia del litigio pendiente entre ambas partes tras varias demoras sufridas en los últimos años por diferentes causas. Después de casi cinco horas de vista pública, el juez Ramón Jiménez León deberá ahora dirimir cuál de las dos partes lleva razón, si la demandante BlueBay que pide el 49% de las acciones del actual presidente y el control del club; o si la demandada, Abdullah Al-Thani, que solicita la desestimación íntegra de la demanda y la nulidad del acuerdo de compraventa que ha llevado a ambos bandos a los tribunales.
Durante la vista desarrollada esta mañana, el juez ha escuchado durante más de una hora a la parte demandada, Abdullah Al-Thani, que ha respondido a las preguntas de las defensas con la ayuda de un traductor árabe; y a los testigos presentados por ambas partes: Moayad Shatat, unas de las llaves del proceso; Gonzalo Hervás, Raúl de Francisco Garrido y Luis Sánchez Pérez. El resto de testigos fueron desestimados o no se presentaron. El tramo final del juicio fue para las conclusiones recapitulares de cada una de las defensas, y de las sociedades demandadas y envueltas en el proceso para tratar de convencer al juez, que dejó el caso visto para sentencia. La misma, según las fuentes consultadas, puede demorarse entre uno y dos meses, por lo que hasta entonces el funcionamiento del club seguirá siendo el corriente.
Al-Thani insistió en su desconocimiento de los hechos
Durante más de una hora, el presidente del club Abdullah Al-Thani fue sometido a las preguntas del abogado de BlueBay, Carlos Aranguren, y a las de la abogada de su defensa, Rosa López González. Al-Thani respondió que en la época de marras delegaba sus funciones ejecutivas en Abdullah Ghubn y que no tenía conocimiento de situación de quiebra del club, ni del riesgo de disolución. Asimismo, el jeque, que insistió en que ha invertido 150 millones de euros en el Málaga, afirmó que nunca ha tenido relación con Jamal Satli Iglesias y reiteró que dio poder a Ghubn y Shatat para “administrar el club”, por lo que no “sabía del acuerdo de intenciones” para vender parte de sus 565.861 acciones, ni del documento posterior del CSD que acreditaba tal venta y del que después no se informó a BlueBay, ni tampoco de las negociaciones con Hacienda por las deudas contraídas, que coparon gran parte del juicio este mediodía. Sus escuetas respuestas fueron todas en la misma corriente de desconocimiento global de los hechos enjuiciados entre 2012 y 2013.
Las preguntas de su defensa fueron más enfocadas a su no intervención en la redacción del escrito de contestación de la demanda primigenia de BlueBay, al que Aranguren hizo alusión varias veces durante el juicio para acusar de contradicciones a Al-Thani. El mismo fue redactado por el despacho Medina Cuadros, interviniendo después como testigo uno de sus letrados: Luis Sánchez Pérez. Asimismo, y en respuesta a las preguntas de la abogada Rosa López, el jeque señaló que le han llegado ofertas para vender el club por “millones de euros, ninguna de cero euros, y las rechacé todas”. Tras su intervención (leer íntegra aquí), Al-Thani abandonó la sala y las instalaciones de la Ciudad de la Justicia con el juicio todavía en marcha, por lo que no realizó declaraciones públicas ante los medios, algo que sí hizo su 'contrario' Jamal Satli Iglesias, de BlueBay.
Shatat, la llave
El siguiente turno fue para Moayad Shatat, vicepresidente ejecutivo del club durante aquella etapa y una de las llaves del juicio. Su declaración era clave para saber, según su versión directa, el papel y el conocimiento que tenía Al-Thani de la venta de parte de sus acciones a BlueBay. Shatat respondió con la ayuda de una traductora inglesa, también en español, a las cuestiones formuladas por los diferentes abogados.
Señaló que el jeque no conocía personalmente a Satli Iglesias, que Ghubn era quien tenía poderes y con quien él despachaba, y que la situación del club era de “dificultad económica por el desfase entre ingresos y gastos”. Por eso, declaró, entraron a “ayudarnos en la gestión y en la financiación” Jamal y su equipo, entre ellos Gonzalo Hervás, vicepresidente de BlueBay y quien asumió la batuta deportiva en el Málaga en este tiempo.
Shatat reconoció igualmente la firma del acuerdo de intenciones en febrero de 2013, y la participación de Hervás en las negociaciones con Hacienda, cuya deuda amenazaba con embargar los derechos de Isco y el dinero de la televisión. “No cobraron por aquello”, añadió antes del receso que tuvo la vista.
Gonzalo Hervás y el préstamo participativo
Poco antes del mediodía llegó el turno de Gonzalo Hervás, que declaró en calidad de testigo de la parte demandante y que hasta entonces no había estado en la sala. Hervás es el otro gran actor de la escena que se enjuicia en este litigio. “La situación era de quiebra absoluta”, dijo, a la vez que afirmó que las acciones tenían un valor negativo: “Queríamos hacer una sociedad viable a largo plazo". Fue un discurso crudo: “El Málaga vivía su gloria deportiva, pero en los despachos pasaba otra cosa”. Fue clave ahí, según su testimonio, la ayuda de BlueBay en los aplazamientos de la deuda con Hacienda y por su “préstamo participativo” de dos millones de euros para pagos apremiantes del club. Hervás respondió que no recibieron ni queja ni reclamación formal por parte del jeque.
Gonzalo Hervás: “El Málaga vivía su gloria deportiva con la Champions, pero en los despachos pasaba otra cosa”
Sacó además Hervás números a la palestra: “Redujimos los gastos de 80 a 40 millones de euros y luego empezaron a llegar ofertas de compra por el club”. Sobre Shatat señaló que “para nosotros era el vicepresidente ejecutivo del club que suplió a Abdullah Ghubn, era la persona que regía el club”. “Estoy seguro que Al-Thani sí lo sabía”, dijo contundente, para finalizar, confesando que no se les notificó la autorización del CSD para la venta a NAS Spain meses después, cuando ya salieron de circulación. Por su parte, las preguntas de la defensa del jeque discurrieron por su vinculación a la parte demandante.
Otros testigos y conclusiones
Los últimos dos testigos fueron dos colaboradores del club en la época, de un lado Raúl de Francisco Garrido, asesor fiscal; y del otro, Luis Sánchez Pérez, abogado del despacho Medina Cuadros. El primero señaló que se le encargó reconducir la situación recaudatoria y el aplazamiento de la deuda con Hacienda para desbloquear la tesorería. Por último, el segundo, fue citado en el caso por su intervención (que no redacción) en la contestación de la demanda de BlueBay. Reconoció Sánchez que jamás se reunieron ni se comunicaron con Al-Thani para la redacción del escrito, y que “nunca se discutió sobre la legitimidad del documento de compraventa”.
Tras estos dos últimos testigos llegó la parte final del litigio, la de las conclusiones. Aranguren, López y las otras dos letradas expusieron en profundidad y a modo de cierre sus recapitulaciones para tratar de convencer el juez, que ahora deberá dictar sentencia.
