2017: adiós a un año para olvidar

El Málaga despide 2017 con el sabor amargo de encontrarse en puestos de descenso y metido de lleno en una crisis deportiva que tiene contra la pared el proyecto blanquiazul. Este año ha dejado un buen puñado de sinsabores en clave malaguista. Muchas más sombras que luces y apenas las alegrías de la recta final de la pasada temporada.

El jeque impuso a Marcelo Romero 

2017 arrancó con la dimisión de Juande Ramos y Marcelo Romero al frente del equipo. No tuvo un buen arranque el Gato, que sólo sumó un punto en sus cuatro primeros encuentros. A ello contribuyó la lesión de Sandro ante la Real Sociedad, que dejó al equipo sin faro. La primera y única victoria de Romero al frente del Málaga llegó en febrero, ante Las Palmas. El equipo no tuvo suerte con varios arbitrajes, como el de Vicandi en Villarreal o el sufrido en el Santiago Bernabéu, con dos goles en fuera de juego del equipo blanco.

Míchel cambió el rumbo del equipo

El crédito de Romero, apuesta personal del jeque y contraria a la opinión y voluntad del entonces director deportivo Francesc Arnau, se acabó tras la derrota en San Mamés. La elección (esta vez sí de Arnau) para intentar sacar a flote al equipo fue Míchel. El madrileño tuvo un arranque muy irregular. La primera victoria se resistió unas cuantas jornadas y el equipo viajó a Gijón con el agua al cuello. Allí, en un partido con Kameni en plan salvador, Sandro rescató una victoria con más suerte que fútbol. Cuatro días después llegó a La Rosaleda el Barcelona. El Málaga dejó sin opciones de título a los azulgrana con un triunfo que hizo vibrar a La Rosaleda. Sin duda, esa fue la noche más feliz de La Rosaleda en este 2017.
Luego llegaron los triunfos ante Valencia, Granada, Sevilla y Celta y el brillante final de campeonato. Esas últimas semanas han sido el único periodo de felicidad continuada de una afición que se ha pasado el resto del año sufriendo y temiendo por el descenso. Weligton, Duda y Demichelis pusieron con sus retiradas la nota emotiva a ese dulce final de Liga.

Pésima planificación en verano

El verano dio paso a una nueva planificación que con el tiempo ha resultado desastrosa. Las salidas de Kameni, Camacho, Fornals y Sandro dieron paso a las llegadas de Roberto, Rolón, Cecchini y Borja Bastón. Sólo Roberto ha estado a la altura de las exigencias. El resto de las apuestas claves han resultado del todo deficitarias. El jeque torpedeó la llegada de Javi García y el club se gastó casi ocho millones en Rolón y Cecchini, dos operaciones desastrosas en lo económico y en lo deportivo. Tampoco ha cuajado Borja Bastón, que ha terminado siendo suplente y sólo ha anotado dos goles en 17 jornadas, uno de ellos de penalti.
La pretemporada sirvió como vaticinio de lo que está siendo la campaña. Sólo un triunfo en todos los partidos de preparación y actuaciones más que discretas de un equipo que no ha estado a la altura en ningún momento. El Málaga arrancó la Liga firmando un 0 de 15 que aún pesa como una losa en la mochila del conjunto de Martiricos.

El Málaga, lastrado por su horrible inicio de temporada

Los de Míchel no han sido capaces de remontar el vuelo y han añadido a su paupérrima temporada una vergonzante eliminación en la Copa del Rey a manos de un Segunda, el Numancia. Entre medias, dos victorias en casa ante Celta y Deportivo que aumentaron la esperanza. La victoria en Anoeta parecía el impulso definitivo hacia una regeneración que no se ha producido. El Málaga ha cerrado el año con dos derrotas dolorosísimas ante Betis y Alavés que le han dejado con 11 puntos sobre 51 posibles y a cuatro puntos de la permanencia. La afición ha mostrado su hastío y ya no duda a la hora de señalar al jeque, a Míchel y a los jugadores.

Fin de año con la esperanza de que lleguen fichajes ilusionantes

2018 empieza con el Málaga sumido en una tormenta deportiva e institucional y con una seria amenaza de descenso a Segunda diez años después. Desde el club confían en que el nuevo año traiga consigo todas las buenas noticias de las que 2017 privó a los blanquiazules. Ignasi Miquel, Iturra y los fichajes que aún están por llegar deben alimentar la esperanza de una afición que no deja de recibir disgustos. Se va 2017, un año para olvidar.