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Ese cosquilleo de una final no nos lo quita nadie (68-95)
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Ese cosquilleo de una final no nos lo quita nadie (68-95)

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Alberto, durante la final.
Alberto, durante la final.

El Real Madrid conquistó este domingo en Málaga la Copa del Rey de baloncesto al vencer con superioridad al Unicaja por 68-95. El equipo de Pablo Laso exhibió su amplitud de plantilla y de recursos y dominó desde el principio al final el encuentro. Sólo en el segundo cuarto tras unos minutos de desconexión blanca y un arreón local liderado por Darío Brizuela el Unicaja y su afición soñaron con levantar el título. Tras el descanso hubo poca chicha en la pista pero un nuevo ejemplo de deportividad en las gradas, con un ambiente excepcional que deber ser un ejemplo para todos los deportes. Y, entre la parroquia verde, aparte de un leve enfado con el arbitraje, una gratificación por haber sentido de nuevo ese cosquilleo de volver a jugar una final de Copa once años después y tocar de muy cerca el título.

El Madrid fue muy superior desde el minuto uno, esa es la realidad. Y lo fue gracias a su acierto exterior a pesar de la buena defensa de inicio del Unicaja. Tavares se puso pronto con una falta que lo empujó al banco, pero aparecieron los triplistas de Laso, que son francotiradores y blancos al mismo tiempo. Campazzo y Carroll, ambos con dos triples, dieron las primeras ventajas al rival. Sólo Jaime Fernández en un toma y daca frenético inicial podía aguantar el ritmo. La segunda falta de Jaime, muy mermado físicamente, el atoro ofensivo local y el perenne acierto del Madrid (5/8 en triples) hacían que al final del cuarto el resultado fuese ya un abultado 13-26.

Brizuela invitó a soñar

El inicio del segundo cuarto fue significativo. Rudy, sí. Alberto, no. Rudy sí. Dos triples de Rodolfo abrieron la brecha a 13-32. El merengue presente en la grada, numeroso, lo pasaba de vicio. El verde arrimaba haciendo alusión a su esperanza. Y eso que la defensa del Madrid era impenetrable. El ritmo de anotación era altísimo. Por eso, cuando no le entraron los tiros, son humanos, el Unicaja creyó, y con un parcial de 12-0 con 10 puntos de Brizuela reactivó las ilusiones y subió el volumen del Palacio (26-36). El Madrid, que resistía de pie por su amplia renta gestada, estaba cortocircuitado y con muchas nubes en ataque, pero el acierto volvió, y Taylor, Llull, y de nuevo Campazzo (MVP de la final) mantuvieron la diferencia al descanso. 28-43. 15 abajo y una lectura que ya se sabía: el Madrid te exige la perfección constante.

Un Carpena admirable y ejemplar

Se esperaba después del paso por vestuarios una reacción que no llegó. Misma dinámica y muchos minutos de tanteo para un Unicaja al que se le habían acabado las energías y las ideas. Al Madrid le seguía entrando absolutamente todo y Tavares también se unió al recital desde su atalaya en la pintura. Parecía no pasar nada, sólo el tiempo (36-54, min.26) ante un Carpena admirable, lleno, intenso, animoso pese a la diferencia en el marcador. Ejemplar absolutamente todo en un recinto malagueño que lució sus mejores galas. Al final del tercer cuarto se llegó con 42-68 en los luminosos del Palacio y con un enfado monumental de Luis Casimiro. Del último parcial, más de lo mismo, mas muestras de que la plantilla del Madrid es interminable y un Unicaja que quiso poner decoro en el marcador ante una afición que ha vuelto a tener ese cosquilleo de jugar una final y de pasar una noche soñando con un título. Ahora quedan otros dos en juego. ¡A por ellos!

Afición del Unicaja durante la final en el Carpena.
Afición del Unicaja durante la final en el Carpena.

Ficha técnica:

Unicaja Málaga (13+15+14+26): Adams (7), Fernández (4), Toupane (2), Thompson (6) y Gerun (4) -cinco inicial-, Brizuela (22), Díaz (2), Waczynski (2), Ejim (4), Elegar (7), Guerrero (2) y Suárez (6).

Real Madrid (26+17+25+27): Campazzo (13), Carroll (20), Deck (6), Randolph (5) y Tavares (12) -cinco titular-, Causeur (5), Fernández (6), Reyes (-), Taylor (9) Llull (4), Thompkins (12) y Laprovittola (3).

Árbitros: José Antonio Martín Bertrán, Carlos Peruga y Fernando Calatrava. Sin eliminados

Incidencias: Final de la Copa del Rey disputada en el Pabellón Martín Carpena de Málaga ante 10.874 espectadores.

El capitán Carlos Suárez, recogiendo el trofeo de subcampeón.
El capitán Carlos Suárez, recogiendo el trofeo de subcampeón.

3 comentarios
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  1. Luisa

    Es aburrido ver el Madrid siempre juegan igual es cansinoluisa

  2. Miguel

    Les doy las gracias, porque me han devuelto la ilusión este fin de semana (y eso que he sido muy crítico con Casimiro, la directiva y el equipo).Naturalmente se podría haber jugado mejor,pero estábamos ante un equipazo con diferencia de presupuesto.. Aunque hemos perdido,recordar que hay que jugar finales para ganarlas.

  3. Paco

    Quitando a Brizuela, todos se han hecho caquita antes de salir a la pista.

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