Lucía Santiago,Madrid, 18 dic (EFE).- En un cofre metálico, bañado en rojo burdeos y de 80 litros de capacidad, caben los sueños de Sara García. Ahí aparecen metódicamente apilados todos los recambios de su Yamaha. En la cubierta, varios folios desgranan etapa a etapa el plan de ruta del Rally Dakar 2020. Junto a ellos se despliega también la larga lista de tareas extra. Y es que las obligaciones para ella no terminarán al llegar al vivac.,Una vez ahí, la zamorana deberá proceder con el cambio d
Lucía Santiago
Madrid, 18 dic .- En un cofre metálico, bañado en rojo burdeos y de 80 litros de capacidad, caben los sueños de Sara García. Ahí aparecen metódicamente apilados todos los recambios de su Yamaha. En la cubierta, varios folios desgranan etapa a etapa el plan de ruta del Rally Dakar 2020. Junto a ellos se despliega también la larga lista de tareas extra. Y es que las obligaciones para ella no terminarán al llegar al vivac.
Una vez ahí, la zamorana deberá proceder con el cambio de aceite, de filtro y de cadena; revisar la tornillería, comprobar los patines basculantes, cargar el embrague... Así, día a día. Del 5 al 17 de enero, será ella la que afine la puesta a punto de su moto con la ilusión de conseguir aquello que se le escapó en 2019. En Perú le frenó una avería. En Arabia Saudí aspira a convertirse en la primera mujer europea que sortea las dificultades del Rally Dakar en la categoría Original.
Asegura que llega "más preparada" tras haber seguido un plan de entrenamiento físico y mental. "Desde que tuve el accidente de 2018, en el Merzouga Rally, le cogí un poco de miedo a la arena", reconoció durante una visita a la sede de la Agencia EFE en Madrid. "Pero en este último año he podido encontrar de nuevo el ritmo, me he sentido cómoda y sobre todo me he vuelto a divertir. Es la base para que todo salga bien", apostilló.
- Pregunta (P): ¿Tiene una cuenta pendiente con el Rally Dakar?
- Respuesta (R): Me quedé con muchas ganas el año pasado de finalizar la prueba, así que este año era una cita ineludible. Tenía que volver.
- P: Lo vuelve a hacer de la mano de Javi Vega, su pareja. ¿Es mejor tenerlo de escudero?
- R: Tenerlo a él de apoyo me ayuda mucho a afrontar todas las dificultades, no solo durante la carrera sino durante todo el año. Lo más duro del Dakar es toda la preparación física y psicológica, la búsqueda del presupuesto... y tanto en esa preparación como en la carrera, él es un pilar muy importante.
- P: ¿Qué aprendieron del anterior Dakar?
- R: El Dakar es una carrera totalmente diferente a todas las demás. Creo que fuimos con un chip que quizás no era el adecuado. En esos 4 días que estuve dentro de carrera y luego en la caravana del Dakar, viviendo la carrera desde la parte de asistencia, te das cuenta de muchas cosas y ves los fallos que has tenido. Nos va a servir para cumplir este año el objetivo.
"TENÍA MUCHO MIEDO"
- P: Parece más segura. ¿Lo está?
- R: Desde que tuve el accidente de 2018, en el Merzouga Rally, le cogí un poco de miedo a la arena. He estado trabajando durante más de un año en poder resetear el chip. Hicimos el último entrenamiento con Yamaha España en Marruecos, junto a Jordi Arcarons, y esa semana ha sido la definitiva. He puesto en práctica todo lo que mi psicóloga deportiva, Beatriz Escartín, me ha enseñado y creo que realmente hemos hecho un buen trabajo. He podido encontrar de nuevo el ritmo, me he sentido cómoda y sobre todo me he vuelto a divertir, que es la base para que todo salga bien.
El año pasado para mí fue realmente duro porque solo había arena y 'fesh fesh' (arena en polvo). Yo no estaba preparada psicológicamente para afrontar ese tipo de terreno después del accidente. Tenía mucho miedo y en arena si no llevas un ritmo alto y no estás un poco suelto te vas al suelo. Las caídas fueron bastante acusadas y fue el detonante de que llegásemos tarde todos los días y de ese fallo mecánico que tuve. Tuve un golpe en el radiador, que no vi. Afectó también al electroventilador y la moto no refrigeraba bien. En las dunas el motor se iba arriba de vueltas, se elevó la temperatura, se fusionaron los segmentos al pistón... Funcionaba todo, que era lo que nos traía de cabeza, pero no tenía compresión suficiente como para arrancar. No nos podía remontar nadie, ni siquiera los camiones. Fue desesperante. Este año no vamos a sufrir tanto, va a ser más lineal, con más pista rápida. Hemos podido ver en los vídeos de los reconocimientos que los paisajes son una pasada, así que creo que lo vamos a disfrutar mucho y en las zonas de arena ahora sí que voy completamente al cien por cien.
- P: ¿En Perú vivió poco de aquel Rally Dakar del que le hablaba su padre cuando era niña?
- R: He podido vivir el Dakar del que me hablaba mi padre en un rally que corrí desde Almería hasta Senegal. El punto de llegar al Lago Rosa es algo especial. Yo soy una enamorada de África. Me gustan más las historias que contaba mi padre. Pero poder vivir esta experiencia del Dakar, la carrera por antonomasia en el mundo del 'off road', es superespecial y da igual el escenario que tenga. Haber podido acceder a ella ha sido superespecial para mí y poderlo compartir con mi padre y con Javi hace que sea incomparable. El Dakar que él vivió es totalmente diferente. Ha mejorado mucho la infraestructura, la seguridad y las posibilidades. Aquello tenía su magia y te da nostalgia, pero hay que saber avanzar en el tiempo. El Dakar va a pegar un buen cambio y nos va a favorecer a todos los pilotos.
"VA A SER NUESTRO AÑO"
- P: ¿Le ha costado obtener la financiación para repetir?
- R: He notado el cambio. El año pasado tuve mucha visibilidad. Mi caso era un poco raro y excepcional y ha llegado a ciertas empresas. He tenido menos trabas a la hora de encontrar esos apoyos y he podido centrarme en mi preparación física y mental. A esta segunda oportunidad me enfrento más preparada por lo que hemos vivido en la pasada edición y por todo el trabajo que he podido ir desarrollando todo este año. Para mí es todo un regalo. Siempre surgen muchas trabas a la hora de enfrentarse a una carrera de esta magnitud. El presupuesto es lo más difícil de alcanzar, pero que todas las empresas que me apoyan hayan creído en mí de nuevo es todo un honor.
- P: ¿Tenía claro que iba a volver?
- R: Allí, cuando estás en el meollo y te pasan cosas, dices: 'Igual el de arriba me está mandando alguna señal'. Pero en una semana o dos se te ha pasado ese pensamiento y ya estás pensando en cómo poder volver a afrontar el reto. La semana de entrenamiento en Marruecos ha sido clave para mí. El 'click' que tenía que hacer de perder el miedo a la arena surtió efecto en esa semana. El primer día que entré en las dunas parecía un pato mareado, como en el Dakar 2019; poco a poco fui cogiendo la confianza suficiente como para volver a coger el ritmo de nuevo y volver a disfrutar de ese terreno. Hemos conseguido borrar la etapa del accidente del Merzouga y vamos a poder disfrutar mucho de esta carrera.
Yo no soy profesional, aunque le dedico el cien por cien de mi tiempo libre a mi hobby. Es básico disfrutar de esto, es lo que te da la fuerza suficiente para seguir avanzando. Si haces algo que te cuesta dinero y encima no lo disfrutas, ¿qué sentido tiene? Va a ser nuestro año porque vamos realmente a disfrutar la carrera.