Lucía Santiago,Madrid, 3 ene (EFE).- De Yeda a Qiddiya, con un itinerario de 7.500 kilómetros y doce etapas, Sara García y Javi Vega compartirán carrera en el Rally Dakar. Ambos tienen una cuenta pendiente desde hace un año. Especialmente, ella. La zamorana abandonó la prueba en 2019. El madrileño, su pareja, sí alcanzó la meta.,Un año más tarde, ambos trasladan su "sueño" de Perú a Arabia Saudí. "Repetimos porque tenemos algo pendiente", subrayó Javi Vega en una entrevista a EFE.,"Me quedé con
Lucía Santiago
Madrid, 3 ene .- De Yeda a Qiddiya, con un itinerario de 7.500 kilómetros y doce etapas, Sara García y Javi Vega compartirán carrera en el Rally Dakar. Ambos tienen una cuenta pendiente desde hace un año. Especialmente, ella. La zamorana abandonó la prueba en 2019. El madrileño, su pareja, sí alcanzó la meta.
Un año más tarde, ambos trasladan su "sueño" de Perú a Arabia Saudí. "Repetimos porque tenemos algo pendiente", subrayó Javi Vega en una entrevista a EFE.
"Me quedé con muchas ganas el año pasado de finalizar la prueba, así que este año era una cita ineludible. Tenía que volver", apuntó Sara García, una de las doce mujeres que se enfrentarán a la dureza del Rally Dakar entre el 5 y el 17 de enero.
Aunque ambos comparten la pasión por las motos es ella la que lidera el proyecto. Sara García quiere convertirse en la primera mujer europea que finaliza la carrera en su modalidad original, sin asistencia. Javi Vega actúa como escudero.
"Tenerlo a él de apoyo me ayuda mucho a afrontar todas las dificultades, no solo durante la carrera sino durante todo el año, que yo creo que es lo más duro del Dakar. Toda la preparación física, psicológica, buscar el presupuesto... Tenerlo a él de apoyo en esa preparación y en la carrera es un pilar muy importante", señaló Sara García.
Esta manera "diferente" de afrontar la carrera, según confesó Javi García, implica combatir "el doble de problemas". "Pero a mí me motiva mucho. Ir con ella es lo que me gusta", remarcó.
"Cuando vamos entrenando, vamos al mismo ritmo. No hay tanta diferencia. Pero en el Dakar todo se complica, todos los problemas se duplican. El año pasado, en el momento en el que le falló la moto, no sabíamos ni por donde cogerla. Desmontamos la moto, fue un poco locura. Al final, continué yo solo y sí que para mí tuvo un sabor agridulce. Lo acabé. Pero me gustaría haberlo terminado juntos", indicó.
Ahora se dan una segunda oportunidad, con la ilusión de alcanzar juntos Qiddiya.
Ambos imaginan una meta festiva, aunque durante su estancia en Arabia Saudí deberán tener en cuenta que allí siguen en vigor las normas relativas a la demostración de afecto en público. Así lo recoge la guía práctica que la organización facilitó a todos los participantes, por lo que tendrán "cuidado".