Ya han pasado cuatro años desde que Fernando Alonso llevó a cabo una de sus mayores aventuras en el mundo del motor. Tras abandonar efímeramente la Fórmula 1, el piloto español decidió, entre otras cosas, probar suerte en el Rally Dakar. Una carrera que nada tenía que ver con todo lo que Alonso había experimentado hasta la fecha. Nada que ver con la Fórmula 1, los Mundiales de Resistencia o los karts. Un reto mayúsculo del cual se supo sobreponer gracias a su maestría al volante y, sobre todo, a los consejos de su copiloto: Marc Coma.
Marc Coma, cinco veces ganador del Rally Dakar en la categoría de motos, fue el mejor aliado para un Fernando Alonso. El piloto asturiano logró terminar la carrera, algo que ya es muy complicado; además, lo hizo rozando el top10. Para Coma, también fue todo un reto personal. Primero, por ejercer de maestro en una categoría que nunca había probado; segundo, por formar un tándem ilusionante para toda la afición española. "Es una historia muy bonita y simpática. La recuerdo con mucho cariño y le doy mucho valor", reconoce el catalán en El Confidencial.
Marc Coma recuerda cómo fueron los primeros momentos en los que le pusieron en la mesa la posibilidad de ir con Alonso al Dakar. "Con Toyota tengo muy buena relación del Dakar. Ese mismo año me llaman en abril desde Sudáfrica diciéndome que hablaban con Fernando, aunque yo no había hablado con él en mi vida. Me dicen que la mejor opción para acompañarle soy yo. Yo me dije, encantado, sería un sueño", rememora el catalán.
Un Coma que, además, explica cómo encaró el entrenamiento con Alonso y su adaptación a un terreno nada controlado por el asturiano. "Tuvimos que aprender el coche y sus límites. Fernando no había estado en el desierto, en una duna. Intentaba ayudarle a conocer el terreno, la filosofía de carrera… Él es un apasionado y un enfermo de las carreras y sabía muchas cosas, pero hicimos una curva de aprendizaje brutal", cuenta.