Fernando Alonso apagó él mismo el fuego de su motor en los Libres 2, en los que solo pudo ser séptimo tras la avería de su monoplaza a falta de 20 minutos para el fiinal. Rosberg, tanto en los libres 1 y 2, superó a Hamilton antes de la clasificación de este sábado, que probablemente se dará sobre mojado.
Qué acabe ya. Cada carrera es peor, piensan los tifosi. Y da igual si el circuito de Interlagos es de los más cortos porque la diferencia no baja de un segundo. Ferrari vive una decadencia preocupante para su imagen, con un coche mediocre y la marcha inevitable del mejor piloto que en los últimos tiempos hizo posible alguna que otra alegría en medio de la depresión ferrarista. Su salida, además, tuvo su escenificación en los libres 2 del viernes en Brasil, cuando a Fernando se le quemó el motor y él mismo sofocó el incendio. El propulsor apuraba sus últimos kilómetros y reventó, como Alonso con Ferrari desesperado por volver a ganar.
Y en la lucha por el Mundial, Rosberg ganó el primer envite. En realidad, el menos decisivo. Casi tan intrascendente como el de la clasificación si el alemán sale primero y después le pone la alfombra roja a su rival para que este le adelante. Por eso, aún sigue coleando la inocencia de Rosberg en el pasado Gran Premio de EE.UU, cuando Hamilton le pasó en carrera con una comodidad increíble.
Por detrás de los Mercedes se colocaron los Williams, más en forma que nunca por tratarse de un viernes. Massa y tampoco Bottas suelen rodar tan rápido en los libres, por lo que se espera que estén cerca de la pole en la clasificación de este sábado a partir de las cinco de la tarde.