El accidente de Romain Grosjean (Haas) en el pasado Gran Premio de Baréin de Fórmula 1 ha sido ya contemplado desde mil puntos de vista. El del francés no fue el único percance llamativo de la carrera del pasado fin de semana. El monoplaza de Lance Stroll (Racing Point), nada más reanudarse la competición, acabó boca abajo sin mayores consecuencias para el piloto. Y ya al final de la prueba, se averió el coche de Sergio Pérez (Racing Point), quedando en situación comprometida en la pista mientras despedía bastante humo. En cualquiera de los tres percances aparecieron los héroes a los que casi nadie mira: los comisarios.
Literalmente se jugaron la vida. En las múltiples imágenes analizadas del accidente más grave, el de Grosjean, se ve cómo desde distintos puntos del circuito acuden al lugar del siniestro para socorrer cuanto antes al piloto. Algunos de ellos tomando ciertos riesgos, con el evidente peligro para su integridad. La velocidad a la que corren los monoplazas de la Fórmula 1 los hace muchas veces invisibles e indetectables a simple vista. De hecho, algunos de los pilotos llegaron a quejarse de la cercana presencia de algunos comisarios en el momento de los percances respecto a sus trayectos.
Sobre todo en el, aparentemente, menos grave. Cuando se averió a punto del final de la carrera el coche de Sergio Pérez uno de los comisarios estuvo cerca de entorpecer el camino de Lando Norris (McLaren). De hecho el piloto británico se quejó de que lo vio cruzar la pista. Una temeridad de enorme calado que finalmente no tuvo consecuencias pero que pone en valor la labor de los comisarios en los grandes premios. No obstante, se trata al fin y al cabo de un problema de seguridad. Un fallo. Sobre todo porque la situación no era de tanta emergencia como por ejemplo la que sí produjo el choque de Grosjean. El fuego también había aparecido en el coche del mexicano, pero no había situación de peligro como para la actuación del citado comisario, quien quizás creyó que el piloto sí corría peligro.
La FIA concluyó que debido al incendio "el jefe de bomberos actuó por puro instinto, seguramente influenciado por lo ocurrido con anterioridad", se explicaba en un comunicado. Michael Masi, máximo responsable de la FIA en la Fórmula 1, recordaba que "los comisarios tienen una instrucción muy clara: no cruzar la pista". A lo largo de la historia no han sido pocos los comisarios que han perdido la vida en los circuitos de forma poco relevante. La reducción del número de percances de gravedad hace que se tienda a minusvalorar el riesgo que corren cada fin de semana de carreras.