No se cansa uno de ver a Fernando Alonso subido al R25, el Renault con el que quedó campeón del mundo en 2005. Se subió a él el viernes. Repitió el sábado en horario nocturno. Y este domingo lo ha vuelto hacer unas horas antes de que dé comienzo el último Gran Premio de la temporada en la Fórmula 1, el de Abu Dabi. La imagen, que todos los aficionados a este deporte, especialmente en España, guardan en sus retinas ha hecho las delicias de todos. Del propio Fernando Alonso, cuyo rostro se convertía en el de un niño con su juguete preferido. De Renault, que se despide de la Fórmula 1 con dicha nomenclatura. Y de toda la Fórmula 1, que flipó con el tiempo que marcó el asturiano: 1:39:968.
Tal y como leen. Valga una comparación para resaltar el tiempo de Alonso con un monoplaza de hace 15 años: la pole que logró Max Verstappen con su Red Bull de 2020 este sábado fue de 1:35.246. Y aquí otro: el tiempo del Williams de Nicholas Latifi fue sólo 1,5 segundo mejor que el del español, quien sólo cronometró un par de vueltas. "Ha sido increíble", reconocía el asturiano. Alonso, si es que le faltaba algo de empuje de cara a su regreso en 2021, está encontrando estos días una motivación extra para callar dentro de unos meses a quienes dicen que ya es demasiado viejo para esto. No nos podemos resistir a una comparación quizás hasta más contundente: 1:39.283 fue el tiempo de la vuelta rápida de Lewis Hamilton hace sólo un año en Yas Marina.
Es Alonso una bisagra entre dos eras en la Fórmula 1. Su exhibición con el R25 está siendo el colofón perfecto para que Renault se despida. A partir de 2021 comienza la era Alpine, el nuevo nombre de la escudería. El momento cumbre de Renault fue sin duda el bicampeonato con Alonso de piloto (2005 y 2006). Escuchar de nuevo el sonoro rugido del motor V10 del R25 ha sido no apto para nostálgicos. Todos los boxes estuvieron de nuevo este domingo pendiente de las vueltas que daba el piloto español con el antológico coche celeste y amarillo. Pese a ser un coche de museo, con las limitaciones propias de ser un diseño de hace 15 años, Alonso demostró que ni él ha perdido facultades y que su querido R25 podría dar guerra con un par de simples modificaciones. "Para mí es la máquina perfecta, no puedo ir lento con este coche", resumía Fernando Alonso.