Al margen de Fernando Alonso, otro de los fichajes estrella de Renault para su nuevo proyecto en la Fórmula 1 bajo la marca Alpine es Davide Brivio. Un hombre en el que hay puestas grandes esperanzas, pero que no sería la mejor compañía para Fernando Alonso.
Davide Brivio destaca por su amplia experiencia en motociclismo. Se inició en las dos ruedas en 1990, en un equipo satélite de Yamaha en Superbike. Una etapa en la que firmó un trabajo espectacular. Tanto como para que Yamaha decidiera ofrecerle un contrato en MotoGP en 2003.
El objetivo era que construyera una moto ganadora para el gran campeón Valentino Rossi. Y vaya si lo consiguió. Il dottore levantó hasta cuatro títulos.
Tan bien fue aquella relación que Rossi se lo llevó a Ducati cuando este firmó por la escudería italiana. Aunque aquí las cosas no funcionaron tan bien. Valentio y Davide querían meter mucha mano en la moto. Pero Ducati no lo permitió. Quiso mantener lo que tenía. Y el paso de Rossi por Ducati no terminó buen.
Valentino entonces volvió a Yamaha, mientras Brivio se unía al equipo Suzuki para devolverla a lo más alto. Y finalmente lo consiguió con Joan Mir.
Esta buena labor le ha llevado a despertar el interés de los responsables de Renault, que cerraron su fichaje como nuevo CEO de Alpine F1. Aunque la contratación no acaba de hacer el peso a Alonso.
En primer lugar, porque nadie le ha consultado en serio sobre el asunto. Porque si lo hubieran hecho, el asturiano tenía la respuesta clara: que no tiene experiencia en la F1 y considera su inexperiencia un lastre. Al menos durante el primer año, hasta que Davide se adapte a una dirección que nada tiene que ver con MotoGP. Ni tiempos, ni protocolos ni mecánica.
Además, que Brivio sea íntimo amigo de Rossi no hace mucha gracia a Alonso, pues Linda Morselli, su actual pareja sentimental, antes estuvo con el piloto italiano.