Son momentos de tensión los que viven los pilotos participantes en el Mundial de Fórmula 1. El campeonato comienza este fin de semana en Baréin después de muchas semanas de hastío y sólo un fin de semana de pruebas oficiales. Carlos Sainz, una de las principales atracciones del Mundial por su debut en Ferrari, voló este martes hacia tierras orientales. Allí aguarda su puesta de largo como ferrarista y ha exhibido en las redes sociales un curioso regalo que le han dejado en su habitación.
Se trata de una curiosa réplica de su nuevo casco... pero de pastel. Un exquisito regalo que no casa mucho con la estricta preparación física que ha seguido Carlos Sainz durante la pretemporada. En el vídeo, grabado por el propio piloto, Sainz aclara que es un pastel, de lo bien hecho que estaba.
Un casco del que presumir pero que no podrá usar. Una pieza efímera que habrá tenido que compartir con los miembros de su equipo a buen seguro. Y seguramente hasta con su compañero, Charles Leclerc. Por ahora la relación entre el monegasco y Carlos Sainz parece perfecta. La prueba del algodón llega ahora, cuando el semáforo se pone en verde para ambos.