Max Verstappen es pura carisma. Su 2023 al volante de Red Bull ha sido perfecto. El neerlandés se coronó por tercera vez en la Fórmula 1, ganó 19 de las 22 carreras disputadas en la temporada y logró ser el hombre a batir de principio a fin. Fue, en definitiva, un curso perfecto para él. Ahora el reto es aún más mayúsculo: mantener el nivel mostrado y acercarse aún más a los registros históricos de Lewis Hamilton o Michael Schumcher.
Pese a demostrar tener un nivel superlativo, al alcance de muy pocos actualmente, Verstappen reconoce varias cosas que sorprenden bastante. "Me divertía más con los coches anteriores, ahora lograr la vuelta perfecta, con todo el peso que presiona en las curvas lentas, se ha vuelto un poco más difícil", explica en una entrevista en Automotorundsport.
Otro tema que el propio Verstappen destaca es que el Red Bull no está a su gusto, sino que se adapta a lo que los ingenieros le recomiendan. "Configuré este año el coche como me gusta. Y el otro piloto también, pero los ingenieros desarrollan el coche para hacerlo más rápido. Y no como me gustaría", apunta el piloto neerlandés.
"Lo mismo ocurre con el estilo de pilotaje. ¿Cuál es mi estilo de conducción? No lo sé. Me adapto a las necesidades del coche para que sea el más rápido. Ésa es la clave para ser realmente un buen piloto de Fórmula 1. Adaptarse a lo que obtienes del equipo", se cuestiona él mismo.
Por último, se moja y habla sobre qué pilotos ficharía si fuera jefe de equipo. "Me elegiría a mí mismo, y si no pudiera, a Norris y a Piastri. Lando aún es joven, con una larga carrera por delante. Y también puede ser muy, muy rápido. Óscar es un novato rápido. Todavía le quedan cosas que aprender, como mejorar su ritmo de carrera. Pero por lo que veo, es un tipo inteligente. Ganará carreras", zanja Verstappen.