Aún quedan muchos Grandes Premios para que el Mundial de F1 llegue a Las Vegas, pero en los últimos días se han desvelado varias decisiones más que importantes. La pasada temporada, el 'Gran Circo' se estrenó en el trazado americano. El espectáculo, el show, los famosos y todo lo que envuelve una ciudad como Las Vegas quedó claramente patente. La sinergia fue mayúscula y el glamour impregnó, en la mayor parte del fin de semana, lo deportivo. Aunque Max Verstappen ya se había coronado Campeón, todos los actos adquirieron una importancia superlativa. Por no decir el grave problema que hubo con las alcantarillas y que sufrió Carlos Sainz en primera persona.
Si algo destacó de Las Vegas fue el ver a tanta persona conocida. Los VIP llegaron en masa al Gran Premio, como pasó hace pocos días en Miami. Desde jugadores de baloncesto hasta cantantes u otros deportistas. Nombres como Usaim Bolt, Kylie Minogue, Steve Aoki o actores de Hollywood como Brad Pitt y Patrick Dempsey no quisieron perderse el estreno de la F1 en la 'ciudad del pecado'. Sobre el papel fue todo un éxito para la organización, pero parece que aprendieron una gran lección: la F1 es de los aficionados reales y, sin ellos, nada tiene sentido.
Todo el éxito que tuvo el Gran Premio de Las Vegas quedó ensuciado por las muchas críticas que recibió la organización sobre el precio de las entradas. Para un fin de semana de tal calibre, apostaron por unos paquetes de entradas que rondaban los mil dólares. Un precio que, además, solo permitía a los aficionados ver los entrenamientos libres del jueves. El precio para el resto del Gran Premio... pues mucho más costoso. Renee Wilm, la directora ejecutiva de la carrera estadounidense, parece haber aprendido la lección para este 2024.
"Nos gustaría poner el listón aún más alto en cuanto a la experiencia de los aficionados y en el aspecto deportivo, así que no podríamos estar más orgullosos de que haya sido una carrera fantástica. Creo que uno de los aspectos más importantes para nosotros ha sido la participación de los aficionados y la creación de una gama de productos más accesibles para una mayor variedad de seguidores", introduce en declaraciones recogidas por Motorsport.
Wilm, que también está metida en otros Grandes Premios como el de Miami, asume que van a cambiar su percepción de cara a futuros compromisos. "Nos apoyamos mucho en la hospitalidad de los VIP de alto nivel fuera del paddock, basándonos en algunas de las lecciones que aprendimos aquí en Miami el primer año. Y, por desgracia, eso hizo que muchos de nuestros aficionados no pudieran permitirse la entrada para estar en la pista, y eso no es algo que queramos hacer, nunca queremos aislar a nuestros aficionados", apunta.
"Este año nos hemos renovado por completo y hemos añadido 10.000 entradas adicionales, mucho más asequibles, algunas se inclinan hacia el entretenimiento, otras más cerca del paddock para que puedas formar parte de esos giros del comienzo, y después, a unos precios más bajos en la Zona Flamingo, para permitir que esos mochileros principiantes disfruten del evento", explica sobre cómo se podrá vivir el GP de Las Vegas de F1. Dichas entradas asequibles oscilarán los 150 dólares; las más caras superarán los diez mil.