El no funcionamiento de los diferentes paquetes de mejoras que lleva introduciendo Aston Martin desde hace casi un año han condenado a la escudería británica a no poder estar entre los mejores coches de la parrilla. A este problema deportivo para Fernando Alonso y Lance Stroll habría que añadirle ahora una derivada económica casi más importante todavía.
En la Fórmula 1 el límite presupuestario, el máximo dinero que la FIA permite gastar a los equipos, está medido al céntimo. Sobrepasarlo conlleva graves sanciones y, por ello, cualquier accidente o contratiempo puede dar al traste con las previsiones de las escuderías. En 2023, 2024 y 2025 el máximo dinero que se les permite gastar es de 135 millones de euros.
Y es aquí donde viene el problema de Aston Martin. Según apunta el periodista Carlos Miquel, las mejoras que la escudería de Silverstone llevó a Imola eran más importantes de lo que trascendió. No solo en cuanto a importancia en términos de ritmo si no a nivel económico. Sin embargo, no solo no funcionaron, si no que convirtieron al AMR24 en un potro desbocado que acabaron con Fernando Alonso estrellado contra el muro en una ocasión y saliéndose a la grava en clasificación.
El periodista de COPE afirma que Aston Martin se gastó en estas mejoras un 25% de su presupuesto total, lo que vendrían a ser algo más de 33 millones de euros. La razón de seguir trabajando en hacerlas funcionar no es otra que no asumir el haber tirado a la basura semejante cantidad de dinero. Por ello, y con septiembre como límite, seguirán trabajando en la fábrica en hacer que puedan llegar a funcionar. Y es que Aston Martin sigue teniendo un problema a la hora de reflejar en pista los buenos datos que obtienen en el túnel del viento de Mercedes.