Charles Leclerc y la herencia de Rafa Nadal: continúa con su superstición de colocar las botellas de agua

Rafa Nadal no solo es una leyenda del tenis, sino que también ha dejado una huella indeleble en el mundo del deporte en general. Su dedicación, ética de trabajo y peculiaridades en la cancha han inspirado a atletas de diversas disciplinas, desde el fútbol hasta la Fórmula 1. Un ejemplo notable es el piloto de Ferrari, Charles Leclerc, quien ha confesado haber heredado una superstición del tenista español, reflejando así la influencia de Nadal más allá de las pistas de tenis.

La superstición de Charles Leclerc

Charles Leclerc, en una reciente entrevista con DAZN, compartió una curiosa anécdota sobre cómo la figura de Nadal impactó su primer año en la Fórmula 1. "En mi primer año en F1, siempre colocaba las botellas de la misma manera. Veía mucho a Rafa Nadal. Pensé en hacer exactamente lo mismo", reveló el piloto monegasco. Esta peculiaridad revela cómo un tenista puede influir en la rutina de un piloto, mostrando que los ídolos del deporte trascienden su disciplina.

Las manías de Rafa Nadal

Las supersticiones y manías de Nadal son bien conocidas por sus seguidores. Desde su forma de peinarse hasta la manera en que se prepara antes de cada saque, cada pequeño detalle es parte de su ritual. Leclerc, quien no se consideraba especialmente supersticioso, encontró en los hábitos de Nadal una fuente de inspiración que lo llevó a adoptar su propia rutina. "No creía mucho en las supersticiones, pero creía que tenía que hacerlo todo tal cual, porque si no lo hacía, algo saldría mal", comentó entre risas el compañero de Carlos Sainz en Ferrari.

El feo gesto a Carlos Sainz

Leclerc ha dado que hablar en México. Tras la victoria de Carlos, varios pilotos, como Checo Pérez o Fernando Alonso, felicitaron a Carlos Sainz por su buena actuación en México. No obstante, su compañero de equipo protagonizó un feo gesto durante la celebración.

Cuando el madrileño se bajó de su monoplaza, se cruzó con Charles Leclerc, a quien saludó con un toque en su brazo. Sin embargo, el monegasco pasó de largo; evitó incluso mirarle a la cara, dejando al español completamente descolocado y sin entender qué estaba pasando. Un gesto maleducado del piloto de Ferrari hacia su compañero de escudería, que se despedirá a final de temporada para poner rumbo a Williams.