Marc Márquez ha empezado este martes el primera día de su nueva vida deportiva. El ocho veces campeón del mundo se subía por primera vez a la Ducati del Gresini tras toda una vida en Honda. El piloto catalán ha recuperado la sonrisa y se ha colado entre los mejores tiempos del test, mandando un claro aviso a sus rivales de cara al próximo año.
Atrás queda el Marc Márquez falto de confianza. En su primer día con Gresini ha estado entre los mejores desde el inicio de la sesión, y eso que era la primera vez que probaba la moto en pista. Cada vez que volvía al box después de rodar, el de Cervera lo hacía con una sonrisa. En un día donde poco importaban los tiempos, el ex de Honda ha demostrado que con esta moto es otra cosa y que el buen ritmo sale mucho más fácil.
Hasta el propio Marc se quedó asombrado cuando se puso líder de la sesión por primera vez, aunque luego bajaron su tiempo, quedando el catalán en una meritoria cuarta posición. Todos los rivales también se han sorprendido de la poca adaptación que ha necesitado el campeón español a su nueva moto. Y a juzgar por su pilotaje, al de Cervera le queda todavía por mejorar, es decir, será más rápido. Márquez no se cayó ni una sola vez en la sesión, lo que invita a pensar que no quiso - todavía - buscar los límites con su nueva Ducati. "Impresionante". Así definió Tardozzi - responsable máximo de Ducati - las primeras vueltas del ex del Repsol Honda. Y es que cabe recordar que el ocho veces campeón correrá en 2024 con un equipo satélite y con una moto de 2023.
Sin embargo, y aunque todavía es pronto para decirlo, no suena descabellado decir que Márquez estará el año que viene en la lucha por el Mundial.