Jorge Martín se ha coronado como campeón del Mundial de MotoGP en el circuito de Montmeló, en Barcelona. Debería haberlo hecho en Valencia, concretamente en Cheste, pero se trata de uno de los pueblos más afectados por la DANA. Es por eso que esta última carrera pasó a llamarse el Gran Premio de la Solidaridad.
Los gestos y homenajes no han parado de sucederse durante todo el fin de semana, pero el circuito ha querido aportar su granito de arena a nivel económico. Los fans que compraron su entrada se han volcado con los diferentes gestos y han brindado todo su apoyo a los afectados y víctimas de las inundaciones.
El circuito de Montmeló albergó la última cita del calendario de MotoGP. Lo hizo dando un paso al frente, después de que las inmediaciones del circuito de Cheste, en Valencia, quedaran desoladas por la DANA. Pilotos y organizadores estaban convencidos de que si corrían, debía ser para homenajear a las víctimas y mostrar su apoyo a todos los afectados.
Y así lo hicieron. Primeramente, la carrera adquirió un nombre especial: el Gran Premio de la Solidaridad. Además, el circuito anunció que todo el dinero recaudado de la venta de entradas estaría destinado para la causa, con precios reducidos debido a la poca antelación con la que había sucedido y con la expectativa de que más gente pudiera comprarlas.
Pero los actos no se han limitado a eso. A las palabras de los pilotos antes de comenzar con los entrenamientos libres se suma una subasta benéfica en la que se podían adquirir cascos, botas, guantes y hasta monos de los pilotos de MotoGP. También la organización puso a la venta unas camisetas solidarias, que terminaron agotadas en unas horas. Los fans declararon que “toda ayuda es poca”.
Los homenajes a la bandera de Valencia no pararon de sucederse: desde Álex Márquez dando una vuelta con ella tras terminar la carrera al sprint hasta miles de aficionados ondeándola en las gradas y en la pista.