El viaje que realizan de la mano ElDesmarque e Iberdrola tiene en esta ocasión al oval como protagonista. Y es que el rugby es la pasión que une a Bárbara Plá y Alhambra Nievas: la una, capitana de la selección española femenina de seven; la otra, exjugadora y exárbitra de rugby. Con ellas repasamos lo más destacado de sus carreras, por qué se decantaron por este deporte y cómo llegaron a lo más alto. Una nueva muestra de que #EllasValenOro.
Bárbara y Alhambra pertenecen a la misma generación. Ambas nacieron en 1983 con apenas un mes de diferencia. Han compartido vestuario en la selección y se han enfrentado en múltiples ocasiones en los torneos universitarios, pero sobre todo han coincidido como jugadora y árbitra respectivamente. Bárbara nació en Barcelona y está afincada en el País Vasco, siendo todavía jugadora en activo y capitana de las Leonas. Alhambra nació en Granada, pero desarrolló gran parte de su carrera deportiva en Málaga, donde comenzó a jugar antes de decantarse por el arbitraje, logrando ser la mejor árbitro del mundo de 2016. Las dos son madres. Las dos han acumulado grandes éxitos en su palmarés. Y las dos viven este deporte con la pasión que se merece.
A Bárbara, que al principio compaginó el fútbol sala con el oval, el rugby, deporte que conoció como asignatura curricular de INEF en la universidad, le "tiraba demasiado". Alhambra comenzó de forma similar: "En la uni, estudié Teleco en Málaga y me hablaron del rugby. No sabía ni que existía y por curiosidad me animé a probarlo. Fue amor a primera vista". Y así empezó esta historia.
El rugby 7 fue reconocido como deporte olímpico para los Juegos de Río 2016. Las Leonas, tras luchar incansablemente, lograron clasificarse. Alhambra, por su parte, fue una de las elegidas para arbitrar los partidos históricos que allí se disputaron. "Si 2020 está siendo un año para olvidar, 2016 fue un año para enmarcar", señala la granadina, que precisamente fue nombrada mejor árbitra del mundo en ese lapso.
"Estar en unos JJ. OO. es increíble, la competición pasó muy rápido y no te da tiempo a procesar", agrega Alhambra, que fue elegida para arbitrar la histórica final olímpica femenina entre dos potencias del rugby como Australia y Nueva Zelanda. "Te asignan los partidos con poco tiempo de antelación y me enteré tres horas antes. Fue un honor, un subidón y estuve llorando un ratillo. Es un premio a muchos años, a una apuesta muy arriesgada, a mis sueños de cuando era un moco de niña".
"La competición nos pasó demasiado rápido, casi disfruté más el preolímpico", reconoce Bárbara. "Conseguimos la clasificación un mes antes y fue una locura. No tuvimos la atención para centrarnos y no rendimos tanto como podíamos, pagamos la novatada. Pero visto ahora, es bonito pensar que conseguimos el diploma (olímpico) con el trayecto que llevábamos, porque no fueron nada fáciles. Estuvimos casi nueve años trabajando en ello. Y lo miro con honor", añade.
Para Tokio, las Leonas no han podido clasificarse. Pero, a pesar de que todo el trabajo realizado por la selección no obtuvo sus frutos, no es un fracaso completo. "Fue un fracaso a nivel individual y colectivo. Fue muy duro. Los JJ. OO. pasan una vez cada cuatro años y la clasificación es más difícil que la competición y es algo por lo que trabajas mucho y cuando no lo consigues, en ese momento es un fracaso", confiesa la catalana. "Si luego lo miras en conjunto, no, porque el camino también es importante y si sólo te quedas en ese momento, te hundes. Y más en mi caso que era mi última opción de participar en un evento así", agregaba, convencida asimismo de que "el aprendizaje que tuvimos es que tienes que hacer las cosas muy bien y durante mucho tiempo y puso en valor lo que se consiguió en 2016".
Alhambra lo ve de otra forma: "No me lo tomo así porque sé todo lo que han hecho para llegar hasta ahí. El deporte es así y hay momentos en que las cosas salen bien y otras que no salen como quieres, pero no hay que aislarlo, hay que mirarlo desde un punto de vista más amplio y ver todo lo que se ha conseguido durante muchos años de forma consistente".
Todo lo que han conseguido las componentes de la selección española femenina de rugby seven ha otorgado al deporte del oval cierta repercusión mediática que no habría llegado de otro modo. "Cuando a Alhambra la nombraron mejor árbitro, los medios, que nunca hablan de rugby, hablaron de eso. Cuando ganas, todo el mundo se hace eco. Un punto de inflexión fue los Juegos. Lo ve todo el mundo, te guste ese deporte en concreto o no, y ahí tuvo unas audiencias buenas y despegó", señala Bárbara. "El trabajo de las Leonas en redes sociales ha sido muy fuerte. Se han comprometido a poner en valor lo que significa", añade Alhambra.
"Aquí fútbol y baloncesto se llevan toda la atención mediática. Ahora se nota un cambio y los medios se hacen eco de otros deportes que son minoritarios pero atractivos para el público", comenta Bárbara, algo que apoya la granadina: "Ojalá siga mejorando porque lo llaman deportes cuando debería llamarse fútbol. Pero sí se visualiza mucho más, está mejor equilibrado por los éxitos de nuestra selección femenina y el reflejo es que las niñas ahora quieren ser una Leona, tienen esos referentes".
Las dos han tenido que compaginar su vida deportiva con una formación profesional, conscientes de que el rugby no podía ser su única fuente de ingresos. "Fue muy difícil porque no tenemos contratos profesionales", concreta Alhambra. "Cuando acabé la carrera y tenía que ponerme a trabajar, sí que pasamos años complicados porque encontrar un trabajo era difícil con las concentraciones y los viajes. Cuando fue olímpico sí hubo un cambio y entraron más ayudas, estuve un poco más tranquila", confiesa Bárbara.
Las carreras de Bárbara Plá y Alhambra Nievas han ido a la par en tiempo aunque no en circunstancias. Se conocen desde casi los inicios, puesto que se enfrentaron en varias ocasiones en los torneos universitarios e incluso llegaron a coincidir en la selección, donde jugaban en la misma posición. Después han vuelto a encontrarse, una como jugadora y la otra como árbitra. Sus recuerdos son imborrables: "Tener un referente a nivel internacional… has abierto camino y nos respetan más. Que una jugadora de mi quinta se reinventase con el arbitraje es un honor para el rugby nacional. Y más siendo mujer, que no es fácil", señala la catalana.
Y algo parecido le sucede a Alhambra cuando habla de la pelirroja de España: "Bárbara es superguerrera, una jugadora en la que te fijas, estaba en todos lados. También le he arbitrado y no es de las más protestonas. Es inteligente y cuando te dice algo, te lo dice normalmente con razón", apunta la granadina.
Estas dos apasionadas del rugby han hecho historia y sus ejemplos sirven para poner en valor todo lo que están consiguiendo las Leonas para este deporte, convirtiéndolas en referente para cientos de niñas que quieren llegar a ser como ellas.
En ElDesmarque pedimos a estas dos leonas que nos deleitaran con alguna anécdota que les haya dejado el rugby. Momentos que no fueron fáciles al vivirlos pero que hoy rememoran con una sonrisa en los labios.
Ni Bárbara ni Alhambra tuvieron problema alguno en sacar a relucir estas vivencias que las han marcado de una forma u otra.