A pesar de que estamos en pleno siglo XXI, todavía hay a quien le resulta extraño ver a una mujer dirigiendo un partido desde el banquillo. Y es aún más difícil si el equipo que timonean es masculino. El camino que ElDesmarque e Iberdrola están recorriendo juntos nos lleva a conocer a Milagros (Mila) Martínez y Laura del Río, dos exfutbolistas, ahora entrenadoras, pioneras por ser las primeras en gobernar el vestuario de un equipo de hombres. Sobre esto, el futuro del fútbol femenino y las diferentes formas de ganar igualdad en el deporte versa nuestra charla. #EllasValenOro y lo demuestran.
Mila (Fuentelespino de Haro, Cuenca, 1985) lleva ya dos años viviendo en Japón, donde en 2019 se convirtió en la primera entrenadora de un equipo masculino en el país asiático al ocupar el banquillo del Suzuka Point Getters. Pero reconoce que ella no supo este dato hasta que se asentó en la ciudad nipona. A pesar de la distancia y la soledad que conlleva, la técnica, que en 2014 consiguió ascender al Fundación Albacete a la Primera Iberdrola, es feliz con su decisión. Ella, que comenzó tomándose el fútbol como un pasatiempo que le ayudaba a pasar las tardes en su pueblo de 150 habitantes, ahora puede vivir de aquello que le apasiona y que ocupa las 24 horas de su día. "Entré en esto de entrenar casi por casualidad, pero le he cogido el gustillo y fíjate hasta dónde me ha traído", señala entre risas.
Laura nació en Madrid en 1983 y, como su compañera, ha sentado cátedra en el mundo del fútbol. Tras pasar por la Primera Iberdrola, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra y colgar las botas en 2019, fue la elegida por el Flat Earth de Tercera división masculina para dirigir al equipo en el inicio de la temporada 2019/20. Un año después de salir del club madrileño, ha abierto su propia escuela de tecnificación, TARFUTBL, y trabaja en dos departamentos de la RFEF (Federación Española de Fútbol): el Observatorio de Igualdad y el departamento deportivo. Ha cumplido varios sueños, pero su principal objetivo es acabar con la disparidad.
Estas dos mujeres han luchado por hacerse un hueco en un mundo de hombres y por abrirles el camino a las generaciones venideras. Y el fútbol se ha convertido en su mejor aliado: "Es mi vida. No veo un futuro sin que esté relacionado con algo del fútbol", reconoce Laura.
Marcaron un antes y un después. Mila dejó muy atrás a familia y amigos para vivir un sueño en Japón. En esta complicada temporada marcada por el coronavirus, la segunda para ella al frente del Suzuka, sólo van a poder disputar 15 jornadas -la mitad de la competición-. Pero eso no ha sido impedimento para mejorar la mayor carencia que se encontró la de Cuenca al llegar, los conocimientos tácticos de sus jugadores.
"Física y técnicamente son una pasada. Pero hasta que la táctica ha ido entrando, ha costado… En la jornada tres íbamos últimos. Y ahora, a falta de cuatro partidos, estamos quintos, a cuatro puntos del primero y tenemos que jugar contra el primero y el segundo", confiesa sonriente Mila. Es decir, todavía pueden ganar la Liga y que esta entrenadora siga haciendo historia.
Para Mila, que tiene de referentes a todos los entrenadores de los grandes equipos europeos -cada fin de semana visiona cinco o seis partidos- e intenta aprender de ellos, poder ser ejemplo para alguien supone un "orgullo". Incluso ha conseguido que en Japón, país de cultura muy tradicional donde las mujeres se casan jóvenes y dejan sus trabajos para cuidar de la casa, "hayan venido chicas que quieren ser entrenadoras para ver cómo trabajamos, aunque hayan sido sólo cinco o seis". Eso, sumado a los mensajes que recibe desde España, la ayuda a sentirse arropada a pesar de los casi 11.000 kilómetros que le separan de sus seres queridos.
Laura no se siente referente, pero no puede evitar serlo. "Me he guiado por lo que me gusta hacer y por lo que me iba a aportar cosas como persona y laboralmente", concreta. La madrileña ha transformado sus experiencias en enseñanzas: "Me baso en los entrenadores que me han gustado para hacer lo que ellos hicieron y de los que me han gustado menos, no hacer lo que no me aportaba".
Tras su periplo entrenando a un equipo masculino, donde aprendió "mucho", pero al que su llegada provocó una reacción que le dio "lástima", entristecida porque un trabajo sea "noticia", ha montado TARFUTBL, una idea que se trajo de Estados Unidos. Acompañada de María Ruiz, su intención era conseguir que los niveles profesionales lograran un gran nivel de tecnificación individual, porque "es una carencia que todavía tenemos ahí".
Y en la RFEF, vela por que no haya desigualdades y participa como asistente técnico en las categorías inferiores de la selección. "Me encanta. Me he tenido que acostumbrar a ver mucho fútbol por vídeo, que me está costando, pero me gusta analizar jugadoras", resalta con alegría.
Tanto Mila como Laura han visto crecer y madurar el fútbol femenino en España. Las dos consideran vital la implicación de Iberdrola como patrocinador principal: "Iberdrola ha sido el empuje definitivo para que el fútbol femenino explotara. Se estaba trabajando muy bien, pero faltaba algo que realmente apoyara sin tener en cuenta si iba a triunfar o no", destaca la madrileña. "Es imprescindible", recalca la conquense. "Es vital tener un patrocinador muy fuerte, siempre lo hay detrás de todas las grandes ligas. Se consigue visibilidad y apoyo", añade.
Los grandes avances en materia de igualdad no impiden que los tabúes sigan existiendo, especialmente en el fútbol. La solución estaría en "meter más mujeres en la estructura, que puedan aportar su experiencia", dice Laura, y en "dar normalidad a lo que ahora está teniendo repercusión", insiste Mila, que concreta que la generación próxima está muy preparada y necesita tener esas oportunidades que a ellas se les ha negado.
"Tenemos solidaridad entre nosotras, algo que no se puede perder. Hay que seguir mirando por todas", pide la de Madrid, algo que avala Mila desde Japón: "Estamos despegando y ojalá no nos paren".
El fútbol, como todos los ámbitos -redacciones periodísticas deportivas o despachos- que tradicionalmente han sido exclusivos para el hombre y hoy ya tienen a mujeres en sus filas, es un gran escaparate para buscar la equidad. "Es tan mediático que es un camino muy bueno para casi cualquier lucha", señala la de Cuenca.
Y en esas están nuestras protagonistas. Cambiando el discurso, modificando la historia presente para que el futuro sea más brillante, abriendo puertas -y ventanas- y siendo, sobre todo, ellas mismas. Las niñas que soñaban con vivir del fútbol... lo están consiguiendo.
En ElDesmarque pedimos a Mila y Laura que nos relataran alguna anécdota de sus carreras que les hiciera reír aunque en su momento hubiese sido algo complicado.
La conquense nos cuenta un par de historias que ha vivido con sus intérpretes de japonés desde su llegada al país asiático, mientras que la madrileña tira de su estancia en EE. UU. y de un chascarrillo con algunas campeonas del Mundo.