Ivet Musons: superar la temida 'triada' para llegar a Tokio con 'Las Guerreras'
Nos han hecho creer en el optimismo azucarado de que con trabajo duro y esfuerzo todo se supera. Y no siempre es así. Pero cuando ocurre, surgen historias como la de Ivet Musons, una de Las Guerreras, una jugadora de balonmano que ha tenido que superar una de las lesiones más temidas por los deportistas, la triada, y atravesar un duro camino que ni siquiera parecía llevarla de vuelta a una pista. La catalana, en una charla con ElDesmarque e Iberdrola, cuenta lo que ha supuesto para ella vestirse de corto y la ilusión por poder estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Un nuevo ejemplo de que #EllasValenOro.
Ivet (28 años) lleva más de media vida ligada a este deporte que comenzó a practicar, como muchos, en el colegio, queriendo emular lo que hacía su hermano cuando iba a verle jugar. Y sabe lo que es tocar el cielo con la punta de los dedos, porque en 2016 se proclamó campeona del mundo de balonmano playa, pero también sabe lo que es atravesar las puertas del infierno, porque en 2018, durante los Juegos del Mediterráneo, su rodilla "no aguantó" y le tocó vivir "la cara amarga del deporte": se rompió ligamento cruzado anterior, el lateral interno y el menisco de la rodilla izquierda.
Era la segunda lesión importante en esta articulación y por su mente llegó a pasar el pensamiento de que no volvería a jugar al balonmano a nivel profesional. Pero tras una larga recuperación, mucho trabajo mental y físico y sobre todo mucha ayuda, Ivet Musons se vistió de nuevo de corto y hace unas semanas ayudó a Las Guerreras a conseguir el billete para los Juegos de Tokio en el preolímpico de Llíria. Para ella fue "la recompensa de todo el trabajo que llevaba detrás y estar allí ya era un logro. Pude jugar algo y estoy ahí de nuevo en la órbita de la selección".
Emociones al máximo y Tokio en el horizonte
Para Ivet Musons, estar de nuevo entre las elegidas de la selección española femenina es la guinda de un pastel que ha costado esfuerzo, tiempo y actitud poder hornear. Cuando meses antes del parón por el coronavirus, tras más de un año sin competir, pudo jugar un partido con su club, el Elche Mustang de la Liga Iberdrola, no pudo contener la emoción: "Se me caían las lágrimas de poder decir estoy aquí de nuevo".
Su preparador físico se convirtió en su terapeuta ocasional durante su recuperación, incidiendo tanto en el aspecto psicológico como en el corporal: "Es algo muy duro después de estar tanto tiempo intentando volver que las cosas no funcionen o aunque tú intentes una cosa, la rodilla se iba por otro camino. Tener a alguien ahí que iba todos los días a trabajar, todos, todos, que te diga que lo vamos a conseguir, que se incluye en el plan, que él formaba parte de mí y yo de él. Hasta el día que venía cabizbaja... De verdad que me ha ayudado muchísimo a remontar y a seguir trabajando, porque eso lo íbamos a sacar y cuando ves simplemente pequeñas mejoras, eso te da la vida".
Musons sabe que no será sencillo entrar en la convocatoria para los Juegos de Tokio. Si normalmente las listas son de 16 o 17 jugadoras, para la cita olímpica se reduce hasta 14. Ella, no obstante, se siente preparada y responderá en caso de que el seleccionador, Carlos Viver, cuente con ella: "Estoy a su disposición y si me necesita, allí estaré".
Sin miedo al futuro
Podríamos pensar que haber sufrido una lesión tan grave provoca que Ivet Musons vaya con pies de plomo a la hora de jugar para no sufrir una recaída. Todo lo contrario. Su juego ha variado y ahora es menos agresiva y, sin embargo, las ganas de hacerlo bien han aumentado: "Ese aspecto me ha hecho mejorar a la hora de ver el juego desde desde otra perspectiva, soy una versión mejorada por accidente".
Tampoco le tiene miedo al futuro. Sabe que algún día su cuerpo no aguantará "todo el tute" al que lo somete, pero también tiene claro que el deporte no se va a acabar: "Me gustaría ser docente del área de educación física y, está claro, sin desvincularme del balonmano".
En cuanto al devenir general, defiende el buen hacer a nivel nacional para que las jugadoras lleguen a la selección con carácter, para que no caiga en saco roto el gran trabajo de los últimos años, en los que Las Guerreras han logrado éxitos que les han puesto en boca de todos, como ser subcampeonas del mundo en 2019. "Con esto del 'Objetivo 21' se espera que en unos años la gente más joven pueda puede llegar a la absoluta con un trabajo ya masticado y más preparado, entonces no entran de nuevas" y así es más fácil pillar el hilo de los entrenadores, puesto que cada uno tiene su propia manera de trabajar.
Para Ivet, la llegada de Iberdrola al balonmano femenino es un salto cualitativo: "Es una gran apuesta que una gran empresa está haciendo por el deporte femenino, pero necesitamos más. Porque hay pocos equipos que se puedan llamar profesionales".
Esta catalana que ha conocido las dos caras del deporte, la blanca y la negra, no nos cuenta sólo una historia de superación y trabajo duro. También una de paciencia, de espera, de no forzar y buscar el momento idóneo para regresar. Siempre con una sonrisa.
El test de preguntas rápidas de Ivet Musons
Ivet Musons no dudó en someterse al test de preguntas rápidas de ElDesmarque para saber cómo es la catalana fuera de la pista. El libro que más le ha gustado o el sueño que tiene por cumplir son algunas de las respuestas que nos ofrece la lateral. Todo, en el vídeo inferior.