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Un error de principiante

José Carlos Galván
(Marca)

“No hay tope salarial. Si hay 10 pesetas, a un jugador le podemos dar ocho, a otro uno y un tercero otro más”. Son palabras del presidente del Recreativo, José Miguel de la Corte, y no pueden ser más desacertadas. A ningún dirigente de un club deportivo profesional, con un mínimo de experiencia, se le ocurriría plantear tal reto a la convivencia de una plantilla.
A De la Corte ya se le ha pasado el tiempo de rodaje. Una cosa es que su gestión esté tutelada por los administradores concursales y que delegue más de la cuenta en la Dirección Deportiva, y otra que mantenga su coartada de principiante sin límite.
El anuncio de un desequilibrio salarial en el vestuario solo trae problemas a lo largo de una temporada, y graves. Lo sabe cualquier persona de fútbol y lo intuye cualquier persona, sin más. Esperemos que el ejemplo de De la Corte no se corresponda con una verdadera proporción (8, 1 y 1), puesto que en este caso el desaguisado sería irreversible.
A nadie escapa que unos jugadores valen más que otros, que unos tienen que cobrar más que otros, que los delanteros suelen tener más ‘caché’ que los defensas... pero de ahí a divulgar una oscilación de envergadura en las nóminas en tiempos de austeridad, en boca del máximo exponente de la entidad, va un abismo muy perjudicial.
 
Carta de libertad en tres dimensiones
Me animan mis compañeros a comentar el (intento de) desmentido a Marca de José Miguel de la Corte. No creo que haga falta, por varias razones, porque existe una grabación de Onda Cero en la que el propio presidente garantiza a los jugadores la carta de libertad en caso de no aceptar la negociación, porque poca capacidad tiene un inexperto dirigente para desprestigiar al periódico más leído de España y porque los Antonio Carrasco, Jesús Pulido y Paco Ruiz para hacerlo. Gracias a ellos.
En cualquier caso, intentaré dar más luz al asunto, al de la cesión de la carta de libertad, no al desmentido.
La cuestión hay que analizarla en tres dimensiones. La primera es la de donde digo digo, digo Diego y la de yo dije y tú dijiste. En ella, como he advertido, no voy a entrar. La segunda es la oficial y vigente: No se dan las cartas de libertad así porque sí. Es la consecuencia de una publicación, la de Marca. Con intención de evitar un efecto llamada a otros clubes, que vieron en el diario deportivo un caladero en el que pescar gratis, el Decano se ha apresurado a desmentir la noticia, a pesar de que en el vestuario, al inicio de las negociaciones, la plantilla recibió esta promesa a modo de compensación por la llegada de la extrema austeridad.

La tercera dimensión es la oficiosa. ¿Qué jugador hoy día supone un patrimonio para el Recreativo? El mercado está como está y sólo Juan Villar, con una espectacular segunda vuelta, puede dar rédito, pero mínimo en los tiempos que corren. El informe concursal puede decir otra cosa, pero no se ajusta a la realidad. Seamos serios. Ni el Recre tiene fuerza moral para impedir la marcha de un jugador ni tiene recursos humanos para hacer un gran negocio. Algún responsable del Recre me dio hasta las gracias por la publicación en Marca, puesto que, según me dijo, difundí un catálogo de forma gratuita de jugadores albiazules para poderles dar salida a varios cuyo coste es insoportable.

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