Por Jesús Pulido
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Los dos partidos consecutivos que disputa el Recre en casa esta semana se presentan cruciales para el devenir de su trayectoria en esta Liga. Parece un poco exagerado que a estas alturas de la temporada estemos hablando ya de citas trascendentales, con todo lo que queda aún por delante. Pero no es menos cierto que, en el fútbol, las sensaciones y los estados de ánimo de los equipos son fundamentales y suelen reflejarse en el terreno de juego.
Reconocía este lunes Juan Villar que empieza a estar "un poco agobiado" por no haber marcado aún, a pesar de haber tenido numerosas ocasiones, y que, quizás, la portería se le está "haciendo chica". Creo que esas palabras del canterano resumen a la perfección el momento anímico que atraviesa el Decano, cuya situación se adapta al título de aquel disco de Triana que llevaba por título 'Hijos del agobio'. A un punto de los puestos de descenso, sin ganar desde hace cinco jornadas, con dos puntos sumados de quince posibles y con sólo siete goles a favor, lo del agobio es normal. Hasta hace poco los albiazules habían jugado casi sin presión, con esa sensación autocomplaciente del "no pasa nada, ya saldrá a la próxima". Pero ahora, el equipo le ve las orejas al lobo en la clasificación, y en el seno del club saben que meterse en la zona de descenso puede ser tan letal como una puñalada en el corazón.
Es de justicia reconocer que, en bastantes partidos, el Recre ha hecho méritos para haber acumulado más puntos, pero no sería justo obviar que está donde está por deméritos propios. La mala suerte empieza a ser un recurso que ya me huele a quemado y que cada vez me gusta menos. Los errores en defensa o en las jugadas a balón parado no son mala suerte. Son fallos, y gordos, en algunos casos. Y en ataque, si el remate va fuera es porque el delantero no lo ha hecho bien.
Por lo tanto, el equipo de Álvaro Cervera necesita seguir haciendo buenos partidos, pero erradicar lacras tan ruinosas para sus intereses como encajar goles en jugadas de estrategia o necesitar 30 remates para marcar. Y esta semana se presenta vital para ello. Ganar los dos partidos seguidos en el Nuevo Colombino ante rivales del mismo nivel del conjunto albiazul como Murcia y Numancia se convierte en obligación, dadas las circunstancias.
Si el Recre no se repone en estos dos encuentros, al menos en lo que a puntos se refiere, prepáranse para sufrir de verdad. Y tampoco me extrañaría que hubiera cambios drásticos que afecten al entrenador si el equipo fracasa en esta doble cita casera. De momento, veremos lo que pasa este miércoles ante un Murcia cuyo principal referente es Emilio Sánchez, ese que en Huelva pasó con mucha pena y con nada de gloria y que se presenta como la principal amenaza al 'status quo' que, por ahora, se mantiene en el Decano.