No pido que se rasguen las vestiduras ni que se muerdan las uñas hasta provocarse un muñón en cada duelo que dispute el equipo, ni que exhiban un cariño extremista y fanático por el escudo, ni que interpreten el papel –bastante ridículo, por cierto,- de ese tal Toñín el Torero madridista pero en versión choquera; no, no es esa la cuestión. Pero convendría que ahora que el paseo sabatino o dominguero no es precisamente por los campos con más nombre de España, que la mayoría de las noticias que el Decano genera dejan mucho que desear y que la pelea consiste día sí y día también únicamente en tener una pizca de aliento que evite la caída al infierno, aquellos que un día presumieron de recreativismo para parecer más graciosos y caer en gracia, tratar de repuntar su carrera profesional o darse a conocer usando el nombre del club ofrezcan ahora un paso al frente y devuelvan favores pasados. Pero me temo que no pasará. Ahora no vende ser del Recre. Sin oportunismo no hay paraíso.
Lamentablemente, con esta ciudad y con esta provincia casi siempre pasa lo mismo, que muy pocos famosillos con DNI onubense presumen de haber nacido en ella por un complejo vergonzoso que jamás entenderé. Con el Recre pasa lo mismo, faltaría más. El día que humilló a todo un Real Madrid en el Bernabéu aquel fatídico 20 de diciembre de 2006 los ventajistas salían hasta de debajo de las piedras y se autoproclamaban albiazules de toda la vida, ja, ja. De Despeñaperros hacia arriba engañarían a alguno, no lo niego, pero pocos les creímos por estos lares. Mira que hay onubenses desperdigados por cargos relevantes de la vida social, por los medios de comunicación nacionales que han sido –y son- referentes para muchos españoles, en la televisión, en el llamado ‘mundo cultural’, y algún cantante que otro que nació y creció marcado por estas brisas, pero ninguno le hace ahora un guiño ni publicidad, con lo bien que le vendría, a este sempiterno humilde y sufridor equipo, ahora que es cuando más lo necesita. No están obligados, de acuerdo, pero que tampoco lo mencionen cuando la historia varíe.
Salvo el gran Sergio Contreras, al que le falta tiempo allí donde esté para hablar siempre con cariño de su tierra y de su Recre, y alguno más, la mayoría del resto de onubenses conocidos hace normalmente mutis por el foro a pesar de que en otra época la fotito con el carné de abonado (seguramente hasta regalado, para qué se iba a gastar los cuartos el pobre) no faltaba durante la promoción de su obra. Pues ellos sabrán, pero el día que todo cambie -que cambiará, aunque sea dentro de mucho tiempo-, que se dejen de cuentos y de promulgar su falso recreativismo, que no osen hacerse fotos en el Colombino enarbolando falsamente la bufanda. Ese día habrá que recordarles sus hechos y sus ausencias en tiempos de vacas flacas. Yo lo haré, lo prometo. Roma no paga traidores; el Recre tampoco debería pagar a chaqueteros.