Cervera el temerario

Por Jesús Pulido
ElDesmarqueHuelva

Que Álvaro Cervera no es santo de mi devoción no lo escondo ni tengo por qué hacerlo. Quede claro que me refiero a su faceta como entrenador, que es la única que me atrevería a valorar. Como persona, ni se me ocurriría decir nada en su contra. Es más, cuando coincidí con él se mostró cortés y educado, como corresponde.
Pero este pasado fin de semana me ha dado nuevos motivos para incrementar mi cuota de desacuerdo con respecto a sus decisiones. Me parece una auténtica temeridad que Fidel jugara casi media hora en Cartagena, cuando todo está prácticamente cerrado para que el canterano firme su contrato con el Benfica por una cantidad que ronda el medio millón de euros, todo un bálsamo para la economía del club.
Y digo que es una temeridad, y añado que es una gilipollez y una total falta de responsabilidad, porque imaginen qué habría pasado si en esos 26 minutos más la prolongación que estuvo Fidel en el campo se lesiona de gravedad. Sin duda, sería un desastre absoluto. En cuanto al jugador, adiós a su fichaje por el Benfica y a la oportunida de progresar y de dar un salto muy significativo en su carrera, máxime cuando el propio Cervera apenas le da minutos y quiere exprimir el talento de un futbolista diferente, con desborde y con gol, en tareas defensivas. Además, claro está, del considerable incremento salarial, que no es moco de pavo. Luego, las consecuencias para el club. Dejaría de ingresar una importante cantidad de dinero en medio de una apretadísima situación económica, y seguiría pagando la ficha de un jugador con el que no puede contar y al que no le puede sacar rendimiento. 
En fin, que la cagada del señor Cervera habría sido mayúscula si Fidel llega a caer lesionado. Entiendo que en otras circunstancias, si su marcha fuera sólo un rumor, contara con el jugador sin más problemas. Pero él sabía de más que todo está acordado, sabía los términos del acuerdo y sabía que, si él quiere, se puede quedar con Fidel hasta el final de la temporada. Lo que pasa es que a él, y lo ha dicho muchas veces, le gusta más el músculo que la calidad, y por eso Fidel no juega. 
En alguna ocasión se definió como un entrenador de club, pero un entrenador de club no hace estas cosas. Un entrenador de club vela por los intereses de la entidad que le paga en todos los sentidos, en el deportivo, en el institucional y en el económico. Es cierto y respetable que cada uno tenga una concepción distinta del juego y que, evidentemente, Cervera tiene muchos más conocimientos que yo de fútbol, pero eso no quiere decir que los demás no sepamos nada. Las cosas se ven y se pueden analizar, y a mí me parece sangrante que, sabiendo que todo estaba (y está) hecho, Cervera corriera el riesgo de alinear a Fidel durante casi media hora, aun pudiendo mandarlo todo a hacer puñetas.