Un derbi sin cadáveres

Pocas veces un derbi deja tan pocas heridas en los dos equipos de la ciudad. El del sábado fue un derbi perfecto institucionalmente y en cuanto a preparación se refiere, también fue un buen derbi en lo futbolístico, porque los dos equipos brindaron un buen encuentro y fueron a buscar la victoria. Y también lo ha sido en las consecuencias, si me apuran, porque el empate quizás no deje exultante a ningún equipo, pero tampoco lo tumba.
Por una parte, el Betis toma medida de sí mismo compitiendo de tú a tú ante su eterno rival, que tanta diferencia le ha sacado en los últimos años. El conjunto verdiblanco pudo perder y pudo ganar, y se sabe un equipo que va a más y que crece sobre bases sólidas. Y todo eso se materializa en un partido de igual a igual ante el Sevilla. Compitió el Betis y dio muestras de ser un equipo de peso, con bases, y por supuesto muy por encima de los que pelean por eludir el descenso a Segunda división. Le queda la espina de no haber rematado a su rival cuando más débil estaba, un aspecto que empieza a ligarse cada vez más a la idiosincrasia de los derbis. El Betis no machaca cuando puede.
Por su parte al Sevilla el empate le fastidia mucho más que a los verdiblancos. Le fastidia porque supone un nuevo freno en su aproximación al objetivo y una prolongación de una racha que empieza a ser ya casi inadmisible, de cinco jornada sin ganar. Pero aún así, la sensación que dejó el equipo sevillista sobre el Benito Villamarín fue buena. El equipo de Marcelino hizo una primera parte muy buena, en la que fue superior al Betis y en la que pudo sentenciar el partido. No lo hizo, pero esos minutos de fútbol y el punto, con un jugador menos sobre el campo, no magnifica la mala racha de resultados del Sevilla, sino el juego, cada vez mejor, de los hispalenses.
Mel no pudo ganar al Sevilla, quizás uno de los pasos inevitables para ascender a los altares béticos; y Marcelino sigue sin lograr esa victoria que dé la confianza plena que aún no tiene entre el sevillismo, pero de este derbi salen ambos más vivos que antes de jugarlo.
 
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