Está vinculado al mundo del caballo, de manera profesional, desde los 27 años y,
desde hace 14, a Dehesa Montenmedio, donde se ha convertido en el herrador oficial
del Circuito Hípico del Sol. Julio Guisado Rawas es natural de la Carihuela en
Torremolinos y se dedica a herrar a caballos en diferentes cuadras en la Costa del Sol,
donde se ha convertido en un herrador de prestigio. Ha pasado por herrerías en Bélgica,
Alemania, Portugal y Suecia. Pero además, el malagueño es un artista. No en vano, el
herrador de la casa ha forjado a mano una pieza única que será entregada como trofeo al
ganador del Gran Premio del próximo sábado 17 de marzo, prueba que además, llevará
su nombre.
Él mismo explica cómo surgió la idea de este trofeo: “Siendo el primer año de Teresa
Blázquez como directora de concurso, quise tener el detalle y ella me propuso la idea
de volver a repetir la experiencia de 2004 y que alguien de la casa hiciera un trofeo con
su nombre. Siendo además, una obra única, ya que cada pieza es distinta porque en el
trabajo diario del artista no hay molde, es todo a base de yunque y fuego”.
Y es que, como dice el propio Herrador, la historia de este trofeo se remonta a 2004. “Se
hizo un trofeo con mi nombre en una final de caballos de 6 años. La prueba la ganó la
alemana Kattarina Offel con el caballo “Armagedon 3” y estuve presente en la entrega
con Antonio Blázquez, presidente de Dehesa Montenmedio. La amazona me mandó
posteriormente una foto dedicada en un salto del concurso”.
El trofeo es un caballo de hierro apoyado sobre una base consistente en una
herradura. “A partir de un día que ví una fotografía de un artista que esculpía con
hierro, pensé en utilizar herraduras usadas para hacer un caballito de mar y luego,
hice un caballo. El proceso consiste en calentar el hierro a unos mil grados. Primero
empiezo por la cabeza, que es la parte más difícil y cuando ya veo la expresión del
caballo, sigo desarrollando el cuello, cuerpo y cola, mientras que con otra herradura
hago las extremidades. Utilizo una herradura como base para poner el caballo en pie.
El proceso final es un cepillado a fondo para dar brillo y barnizar con una laca incolora
que mantiene el brillo de manera permanente. Cada golpe, cada curva está hecho al rojo
vivo aprovechando los 20 segundos que hay desde que sale el hierro de la fragua antes
de que se enfríe, que es cuando es más fácil de moldear. El trabajo lleva una media de
ocho o diez horas de trabajo repartidos en varios días”.
Sin duda, se trata de una obra única que Julio Guisado ha elaborado para el Circuito del
Sol. Un trabajo con el que tiene pensado reunir una pequeña colección para preparar una
exposición en Málaga y del que, de momento, disfrutará el ganador del Gran Premio del
próximo sábado 17 de marzo.