Durante toda la temporada demostró semana a semana que es el mejor equipo del grupo D de la Primera Nacional, pero el Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer ya lo puede gritar a los cuatro vientos: es campeón, con todo merecimiento, y a partir de ahora el equipo continuará preparando el que espera que sea el definitivo asalto a la División de Honor Plata.
El conjunto moguereño, líder de principio a fin esta temporada, se proclama campeón pese a caer en el feudo del BM Nava (29-25), ya que aunque ambos equipos acaban la
liga empatados a puntos, en el encuentro de ida el triunfo se quedó en el Pabellón Zenobia por 31-24. El conjunto que entrena José Flores supo resistir ante un rival de mucha calidad y que jugó arropado por un pabellón poblando por 1.000 personas, donde los amarillos no se dejaron intimidar para ofrecer como siempre toda su lucha y sacrificio y el mejor de su balonmano. Con su habitual espíritu combativo, la plantilla mitigó el daño de las bajas, la roja que vio Emilio León y los errores arbitrales.
En los primeros minutos la iniciativa en el marcador fue cambiante y del 2-3 de los primeros cinco minutos se pasó en el 9 a un 6-4. No obstante, con un parcial moguereño de 0-3 los amarillos se pusieron por delante (6-7). Sin embargo Emilio León vio la roja directa y Cabrera se cargó con dos exclusiones y la defensa se resintió, pese a lo cual se mantuvo equilibrada la balanza (m. 16, 8-8).
En las jugadas siguientes el Pedro Alonso Niño explotó sus mejores cualidades y con las paradas de Max Galas y veloces transiciones de la defensa al ataque, se logró
la máxima diferencia a su favor. Entre el minuto 19 y el 24, los moguereños lograron un parcial de 2-6, con goles de contrataque de Javi Ollero, al que siguieron los de
Alejandro Millán, de nuevo Ollero y un golazo de Sergio Cruzado para mandar de 4 (10-14).
La Nava no obstante tras encajar el golpe apretó el marcador liderado por Carlos Villagrán, y tras recortar a 13-16, logró acabar sólo un gol abajo al llegar el descanso
(15-16). Ya en la segunda mitad, Alejandro Millán mantuvo por delante a los de Moguer (17-18), pero un parcial segoviano le colocó por delante (22-21, m. 48), pese a que
Max Galas en el segundo periodo acumuló un balance de 8 paradas y 7 goles encajados. En la recta final del partido el equipo de casa echó el resto y a falta de 7 minutos soñó, jaleado por su afición, con la proeza de lograr la renta suficiente como para ser primero, puesto que se colocó 26-22, su máxima diferencia. Pero el Pedro Alonso Niño demostró no estar dispuesto a que sucediera eso y mantuvo hasta el final la desventaja (27-23, m. 28) para acabar 29-24.