La Federación española suele estimar conveniente unificar horarios en aquellos partidos en los que el resultado puede influir de forma notoria en el devenir de la competición. En este caso, por más cuentas que echan ambos equipos, no encuentran esa crucial relevancia, y por ello, una vez hechos los deberes, la contienda será una ocasión más para seguir aprendiendo a competir.
Ambas escuadras son muy jóvenes, especialmente la castellana, que pese a la edad son agresivas e incisivas y juegan con una determinación digna de mención. Hay que quitarse el sombrero por lo bien que se han adaptado a la competición, habiendo hecho de su feudo un fortín casi inexpugnable y habiendo desplegado un fútbol sala interesante y que va a ir a más conforme se vayan experimentando.
Las de San Juan, por su parte, sólo piensan en ganar, en despedirse como locales con una victoria que hace mucho que no saborean. Aunque la dinámica de las últimas jornadas ha sido la de dar mucho minutos a las jóvenes promesas del filial, no por ello se ha dejado de competir con ambición, así que, aunque las bajas siguen mermando el potencial de las sevillanas, disputarán los cuarenta minutos como si se les fuera la vida en ello.