"El año pasado, en los tres meses y medio que estuve, era muy difícil empezar un entrenamiento, una comida, una charla, un desplazamiento, una concentración a la hora. Eso tiene que ver con lo que ocurre luego en el campo", dice el técnico. Una idea que ya comunicó en público en el ocaso de la temporada concluida y que le ha llevado a centrarse no sólo en la táctica o la estrategia, sino también en el comportamiento, en la actitud, en la disciplina.
Míchel entiende que esto es vital para que el equipo funcione. La unión del grupo, sí, pero también el orden. Y trabaja para conseguir que sus jugadores actúen correctamente en todas las facetas. "Dijimos que queríamos competencia, orden y disciplina y todo eso se está cumpliendo. Los jugadores han reflexionado mucho y eso ha facilitado mucho nuestro trabajo. El equipo, sin lugar a dudas, está en otra compostura, y eso se nota", declara el entrenador nervionense.
"Hay que llegar puntuales y no se le puede faltar al respeto a ningún compañero, eso es muy importante, y la verdad es que el míster está haciendo un trabajo importante con el grupo", dice Reyes. "La disciplina es importante y aquí la hay, eso lo tiene este equipo. Estamos muy unidos", afirma Maduro.
En Costa Ballena, pues, el equipo comandado por Míchel está desempeñando no sólo funciones técnicas. La implicación de los futbolistas es importante a todos los niveles y se piensa que todo lo que ocurre en el día a día del plantel influye y tiene su reflejo en el desarrollo deportivo.