El castellonense, que jugaba su segunda final en tierras pozoalbenses y que partía como primer cabeza de serie, aparecerá mañana por primera vez entre los cien primeros del ranking mundial gracias a los puntos obtenidos en Pozoblanco.
Desde el primer punto se vio lo que iba a ser el partido, al menos el primer set. Bautista y Brugues arrancaron con un intercambio de golpes en el que el castellonense se sabía superior, ofrecía más recursos y más variedad mientras su rival se contentaba con aguantar, pegar duro, buscar el fondo de la pista y esperar el fallo del contrario. Sólo cuando le entraba un buen primero y lograba mandar en los intercambios tenía alguna opción, pero era insuficiente para vencer a un jugador en el estado de forma de Bautista, quien se mostraba incontestable con su saque y hacía lo justo para sacar petróleo de las lagunas del catalán.
Estas lagunas llegaron demasiado pronto. Tras dar muestras en el servicio inicial de quien era el gran favorito, se puso rápidamente 0-40 en el segundo juego. Brugues logró conectar dos buenos primeros y acariciar el milagro, pero al tercero no pudo contener la avalancha rival y ya partió con desventaja. Una diferencia que, viendo la seguridad que transmitía y ofrecía Bautista con su saque bien podría ser definitiva. A partir de ahí, el set fue un juego de estrategia, en el que el de Castellón, en algún juego, dio opción de soñar a Brugues con la reacción, pero era un riesgo controlado, que resolvía con solvencia con un dominio abrumador. Así se llegó al 5-3, con saque para Bautista, que parecía definitivo, pero fue cuando por primera vez los nervios atenazaron al gran favorito y le llevaron a la precipitación. Primero con una doble falta que le dio la opción de recuperar su saque al catalán y, posteriormente, con un golpe arriesgado en un punto que controlaba desde el fondo. Las dos las resolvió Bautista con maestría para cerrar el set con un 6-3.
Y lo que pudo ser un golpe de efecto en contra, fue el golpe de gracia a favor. Con tal superioridad había resuelto Bautista las situaciones comprometidas que el afectado fue Brugues, que cedió en blanco su saque nada más iniciarse la segunda manga. Para entonces, Bautista se veía ya ganado y seguro, jugaba muy dentro de la pista y movía a su rival hasta encontrar el punto ganador, mientras que el catalán se defendía tres metros por detrás de la línea de fondo, donde apenas creaba peligro y donde no tenía la precisión que sí había tenido en la primera manga, por lo que los errores aumentaban. Así llegó un nuevo ?break? a favor del castellonense que parecía definitivo (3-0), pero no lo fue porque con todo perdido, como ante Ignatik o Donskoy, Brugues ofreció su mejor nivel.
El de Vic ganó en profundidad, buscó la línea de fondo sin complejos, se echó encima de la bola y obligó a su rival a arriesgar tanto con su saque como con sus golpes, lo que provocó un aumento sustancial de sus errores. Eso fue suficiente para recuperar uno de los dos servicios perdidos (3-2) e incluso para contar con dos bolas para lograr el equilibrio absoluto (4-3 y 15-40), pero no para completar la remontada. Bautista mantuvo un nivel muy alto, siguió castigando el revés de Brugues y, cuando le hizo falta, recurrió a su saque, como en ese momento crítico. El catalán resistió, salvó tres bolas de partido e incluso tuvo una última de ruptura en el décimo juego, pero acabó claudicando de forma honrosa y ajustada por 6-4.
Con este triunfo, el campeón suma 80 puntos ATP, que aseguran su presencia mañana entre los cien mejores del mundo, y se embolsa 6.150 euros; mientras que Brugues recupera 48 puntos ATP y gana 3.600 euros.
Resultado de la final
Roberto Bautista (ESP)-Arnau Brugues (ESP) 6-3 y 6-4