Pues sí, soy 'Campañista', soy de los que piensan que es una auténtica joya de futbolista y soy de los que piensan que es un jugador capaz de hacer mucho mejor a un equipo.
Esta misma opinión, además, está notoriamente extendida en el club sevillista, más en los despachos, todo hay que decirlo. No es por casualidad que José Gómez Campaña pasara de los cadetes al filial sin el paso intermedio de los juveniles, no es casualidad que haya tenido ficha del primer equipo con 18 años. Estas decisiones son obra directa del club, decisiones tomadas desde la confianza en un momento determinado. Y no dudo, en cualquier caso, de que la decisión de cederlo, al menos la clara intención, se tome evidentemente desde la mejor perspectiva posible para el club y para el jugador.
Pero permítanme que discrepe en algún punto. Que discrepe de la situación a la que ha llegado a estar en estos momentos Campaña, doble campeón de Europa con España en categorías inferiores, por cierto, y que conduce a que la mejor solución para las partes sea una cesión. Probablemente a estas alturas lo sea.
En el caso del canterano sevillista, en algún momento ha fallado el eslabón de la confianza. Los números, en este caso, no engañan. Jugó la temporada pasada 471 minutos, lo que traducido en partidos no son ni cinco completos. ¿De verdad no estaba Campaña para más de cinco partidos completos en una temporada en la que la medular sevillista tuvo una nota deficiente?
Seguimos con los números. Con Míchel, el actual entrenador sevillista, la pasada temporada participó en cinco encuentros, solo en uno como titular, ante la Real Sociedad, en su primer partido en el banquillo, y en una posición, por cierto, que no era la suya, de pivote defensivo. Después, minutos de la 'basura' prácticamente en el resto de encuentros.
Más allá de las palabras de Míchel sobre el jugador, al que llegó a llamar "dromedario" (sin inquina, cierto) en una rueda de prensa, solo hace falta remitirse a los números para constatar que no es demasiado del gusto del técnico y que con él lleva una política bastante austera, firme y poco condescendiente. Más de una vez ha dejado entrever que su conducta ante la situación que vive no es la adecuada, y no debe estar falto de razón. Tampoco es cuestión de eximir al futbolista de cuantas críticas se le dirigen. Pero, ¿no le vendría mejor al futbolista otro tipo de 'política', otro tipo de trato, no le vendría mejor al futbolista algo más de confianza ciega, esa que en el club depositaron en él cuando lo subieron del cadete, cuando le dieron dorsal de la primera plantilla, la que se ganó el jugador con grandes actuaciones en el filial?
Y cuando planteamos estas cuestiones, nos remitimos inexcusablemente al entrenador, y vemos que para otros jugadores si hay esa condescendencia, esa confianza ciega que falta en Campaña. Que Reyes, nulo desde su regreso, es alabado porque ha perdido 'seis kilos' y llega con otra actitud... otra actitud quién sabe para qué, porque en el campo es la misma, desgraciadamente. Y que Rakitic es "otro" y está "comprometido".
Pero Campaña, no; Campaña sigue teniéndolo todo en sus manos, toda la responsabilidad es suya, y no de otros; a Campaña le vendría mejor salir porque rinde "mejor fuera de su ambiente". Y entonces es cuando me queda claro, meridianamente claro, que algún eslabón se perdió en la cadena de la confianza.
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