Todo lo que sucede en el Betis a día de hoy y que no tiene nada que ver con lo deportivo huele a historia secundaria, a desarrollo paralelo y de relativa importancia.
Ese es un auténtico logro del club verdiblanco. Realmente lo es. El Real Betis Balompié SAD ha logrado establecerse en una evocadora normalidad, en una bucólica lógica que va de la mano de los magníficos resultados deportivos que está acumulando el equipo de Pepe Mel.
A día de hoy, la mejor noticia en el Betis, a nivel institucional, es que el nivel institucional no es noticia.
Sinceramente, no hay problemas en la entidad bética como para amargar la Navidad a nadie. Y permitan la explicación. En el club salen a la palestra en las últimas semanas errores, algunos, y también ciertas deficiencias de funcionamiento en diversas parcelas. Salen y se asumen por el momento. Lo cual es otra gran noticia.
Que a errores mayúsculos como el reparto de entradas del derbi sigan medidas casi inmediatas es síntoma de sensibilidad y reacción. A día de hoy, el querer buscar los tres pies al gato bético es un ejercicio de aburrimiento supino o de inquina reaccionaria.
A día de hoy el Betis funciona bien, y la crítica debe ir encaminada a un mejor funcionamiento, claro está. Siempre hay que alzar la voz contra los errores, y es y será beneficioso y saludable para el beticismo, pero sin gritar. No hace faltar clamar contra el cielo porque las circunstancias exigen mesura.
Realmente, el Betis funciona a día de hoy, funciona bien. Algún proyecto no alcanzará las cotas deseadas, seguro, pero la puesta en marcha de otros ya es un éxito, es un síntoma de vitalidad.
El Betis, como diría aquel, va bien. No hay que buscar obstáculos donde no los hay. Así de fácil.
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