Kevin López, uno de los cuatro medallistas españoles en la edición anterior de los campeonatos (bronce en París 2011), ganó con gran autoridad la primera semifinal con 1:48.56, por delante del bielorruso Anis Ananenka y del defensor del título, el polaco Adam Kszczot.
En la segunda serie, Marco (plata en Turín 2009) siguió la misma táctica que su paisano Kevin: ponerse al frente desde la salida. Pasó los 400 en 54.71 y en la recta final cedió dos posiciones, pero se había ganado el puesto en la final. Tercero con 1:49.96.
El catalán Francisco Roldán, debutante, se quedó a las puertas, cuarto con 1:50.27, ya que para acceder a la final había que clasificarse entre los tres primeros.