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El discurso de Monchi

El director deportivo del Sevilla, Monchi, ofreció este lunes uno de los discursos más naturales, coherentes y lógicos que se le recuerdan, alejando fantasmas que a veces parecen circundar alrededor de su despacho. Habló claro, clarísimo, asumió errores como de verdad hay que asumirlos, con claridad, y ofreció unas claras directrices de lo que debe afrontar este verano.

En su amplio repaso, el de San Fernando transmitió muchas ideas. Una de ellas las comparten estas líneas. Para un equipo de Primera división como el Sevilla, el drama en una temporada es un descenso. A partir de ahí existen los fracasos, los objetivos no cumplidos y las decisiones erróneas, abundantes estas últimas campañas. Cada idea y pensamiento del sevillismo encuenta ya una verbalización en las propias palabras de Monchi.
Fue el mejor director deportivo de España y casi de Europa. "No hay director deportivo con más títulos que yo a sus espaldas". Pero los errores de las últimas temporadas lo han descendido del pedestal. "Nos hemos equivocado en estos dos últimos años y se nos está acabando el crédito".
Ha fichado jugadores buenos, buenísimos. "La exigencia y la crítica era la misma cuando ganábamos títulos y teníamos a Daniel". Pero en las dos últimas temporadas los fallos se han sucedido. "La plantilla no ha sido competititva más allá de 11, 12 o 13 jugadores".
Ahora el Sevilla se ve en la necesidad de vender, y la dirección deportiva en la obligación de acometer una reforma integral, una reconstrucción en toda regla. La transformación "más ambiciosa" para Monchi, del 50% de la plantilla ni más ni menos.
Una transformación que se llevará por delante a canteranos, porque "hay que hacer sitio a otros", que se llevará por delante a estrellas como Negredo, porque no hay que olvidar que hay una "tercera parte, el jugador, que tiene mucho que decir en todo esto", pero que intentará mantener a algunos válidos, como a Kondogbia.
En definitiva, por una vez, Monchi puso palabras exactas a la situación del Sevilla. Habló tan claro, en lo bueno y en lo malo, que todo aficionado encontraría sintonía en casi todos sus argumentos (algunos ahí, cierto, que flaquean), habló tan claro que todo sevillista pudo hacerse una clara composición de lugar de dónde, cómo y por qué está su equipo como está. Un buen primer paso de una senda que, ante todo, no debe alejarse de la claridad, la naturalidad y la coherencia.
 

 
aramirez@eldesmarque.com

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