El Betis logró una importante victoria ante el Villarreal en la séptima jornada. Importante por lo que supone, por la tranquilidad que le otorga, por el rival, que llegaba invicto, y también por la forma, aunque no sea la más brillante.
El Betis ganó al Villarreal desde la defensa, la seriedad y la firmeza. Es lo mejor que tiene a día de hoy, la zaga, los centrales, y hace bien en basar en ellos su juego.
No ganó al conjunto de Marcelino ni por su verticalidad, ni por su brillantez, ni siquiera por una presión asfixiante que ahogue al rival, virtudes otrora de este Betis de Mel que ahora intenta reconvertirse, posiblemente por la baja de Rubén Castro y porque, a día de hoy, los refuerzos en la delantera no acaban de ser tales. Por ello Pepe Mel busca alternativas al juego al margen del ataque, donde solo Jorge Molina parece fiable.
Hace bien Mel en crear este nuevo Betis desde la defensa si no tiene un ataque en el que confíe ciegamente, como parece por el momento. Porque además la defensa verdiblanca está en un estado de forma realmente notable. Especialmente Amaya, a nivel incluso seleccionable, también Paulao, muy seguro. Como Sara. Y, con algo más de regularidad, los laterales cumplen. El caso es que desde atrás el Betis sabe que puede puntuar, ya no busca el intercambio de golpes ni saca la espada para batirse en duelo con el que se cruce por delante. Ahora esquiva, esquiva, se mueve e intenta asestar el golpe cuando tiene la oportunidad, aunque no sean muchas.
Hace bien, decimos, Mel en intentar construir este nuevo Betis desde atrás, desde su fortaleza, pero también debe ser consciente que esta fórmula vale en ciertos casos y que en otros se queda algo limitada, insuficiente. En La Liga española hay alrededor de 10 equipos que intentan ganarte y otros 10, aproximadamente, que intentan que no les ganes. Y ante cada uno hay una fórmula que te da más posibilidades de éxito.
Con una única fórmula se puede garantizar cierta parte de éxito, pero no el total. Por ello debe el Betis mejorar en todas sus facetas y encontrar alternativas al ataque. La principal es la vuelta de Rubén Castro. Pero si el canario no acaba de recuperarse habrá que buscar más soluciones, o fuera o dentro.
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