Y el peor de Primera, desde luego, seguro que no lo es el Betis. El equipo verdiblanco es el actual colista de la máxima categoría, solo ha sumado dos victorias y solo tiene 9 puntos, es el único que no ha pasado al doble dígito y no gana desde septiembre.
Pero aún así, y pese a la mala racha, el Betis no es, ni mucho menos, el peor equipo de Primera división. Más que probablemente tampoco sea de los tres peores de la categoría. Claro que eso no quiere decir que esté para pelear para grandes cotas, es evidente.
El Betis de Mel está sumido en una crisis preocupante, propia de un colista. Pero a buen seguro cuando algunos jugadores de capital importancia se vayan recuperando, cuando vuelvan los Amaya, Rubén, Paulao, cuando el calendario tenga a bien allanarse y dejar de poner obstáculos insalvables, entonces, posiblemente entonces el Betis tomará aire.
Para ello, eso sí, debe mantener la calma, la confianza y la tranquilidad. Tanto el consejo como el entrenador, que al fin y al cabo, con una plantilla mediocre, no está aportando ese plus que aumente y eleve el nivel de la plantilla. La plantilla es limitada y limitado es el rendimiento.
Lo que debe evitar a toda costa el Betis es permanecer en esas posiciones bajas de la tabla, donde los rivales conocen mejor el terreno, los vericuetos y las situaciones límites.
El Betis no es tan malo como para ser el colista de Primera pasadas 13 jornadas, y es más que evidente que no es tan bueno como para aspirar a las bonitas cotas que alcanzó la pasada campaña. El primero paso, por tanto, es alcanzar la tranquilidad, que no es poco.
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