Amagó varias veces el pasado curso aunque logró contenerse, pero su quiquehernandización ya es un hecho. No sé qué pretendía Sergi con el gestito de "vamos segundos" porque no vi el curso pasado que dijera a los de su espalda "vamos décimoterceros", ni al empezar el duelo "perdimos en Copa en un partido desastroso" o "no defendemos un pimiento", como indica el sonrojante número de goles en contra. Que uno que ha jugado día sí y día también ante 100.000 personas caiga en esas tiene delito.
Quizás pretendía que la gente estuviera contenta tras dos meses sin jugar una castaña o tras dos cambios que ni Clemente en sus mejores tiempos: si lo hace Lucas Alcaraz tiene que salir escoltado del estadio. En rueda de prensa ni explicó los cambios, estupendo, pero recuerde que algunos llevan 50 años seguidos pegados a un escudo que usted defiende desde hace tres días. Déjà vu: Quique Hernández tampoco explicaba por qué en ocasiones prefería a Azkorra antes que a Uche y Gastón Casas, a Ángel Rodríguez sobre Viqueira y cambiaba a Benítez o Xavi Jiménez cuando mejor lo hacían. ¿Que hizo 71 puntos? Sí, con un equipo que era para hacer 90. Y el Colombino no se llenaba ni de lejos pese a coquetear con el ascenso y había gente que pedía su cabeza. ¿Les suena?
Si le aplauden con 0-3 ante el Lugo y le silban ante Las Palmas algún motivo habrá, no será por ningún siroco transitorio que afecte a los de tribuna baja. A Juanma Rodríguez le crucificaron por hacer algo muy parecido a lo que Sergi realizó el domingo, pero claro, hay padres y padrinos. ¿Tan insoportable es la afición de Huelva o tan exigentes son los medios locales? Pues si algún año entrena en Sevilla le da un ataque de ansiedad al segundo día, fijo. Elija el camino que quiera, pero no olvide que la afición es soberana para decir lo que le plazca, que le renueven 8 años o pedir que se vaya. Me extraña que eso no esté en mayúsculas en el libro de los Valors del que tanto presumen algunos.