Con 17 años, una situación familiar (su padre empezó a trabajar en la Embajada española en Roma) le llevó a probar fortuna en el Calcio. Probó un mes con el Roma, pero no fue contratado. Meses más tarde pasó otra prueba con el Bolonia, equipo de la Serie A, que le hizo un contrato por varios años. Palomeque, que se desenvuelve como lateral e interior derecho, comenzó en el equipo primavera (así se llama en Italia a los filiales) la temporada pasada, incluso llegó a ir convocado con el primer equipo para un partido de Copa. En esta campaña marchó cedido al Como, que milita en una división equivalente a la Segunda B española, y ayer se supo que pasaba al Paganese, equipo de la misma categoría en el que debe disponer de más minutos para acelerar su progesión.
De padre malagueño y madre catalana, Palomeque ya habla italiano, estudia en la Universidad y sueña con jugar en la Serie A. El Calcio, un camino inexplorado por futbolistas los malagueños, tiene a Rubén Palomeque como punta de lanza.