El malagueño se está encontrando con las condiciones meteorológicas más duras de las últimas décadas.
La travesía a nado del Río de La Plata presenta grandes dificultades. De los más de 130 intentos en la historia tan solo 25 nadadores han sido exitosos. Gran parte de la travesía se realiza de noche y el tránsito marítimo, las mareas y el prolongado tiempo en el mar dificultan considerablemente este reto. Los últimos cuatro kilómetros finales se hacen extremadamente difíciles ya que es habitual que sople el viento llamado sudestada que dificulta cualquier tipo de navegación, mucho más el nado.
Debido a que no existe un ente que regule y organice el cruce del río, hay que trabajar en la planificación, conseguir embarcaciones de apoyo, los permisos pertinentes, personal con experiencia y que certifiquen el correcto cumplimiento de las normas en el nado y el estudio exhaustivo de las mareas y detalles que surgen a la hora de preparar este ilusionarte y ambicioso proyecto.
“Los días se me terminan aquí en Uruguay -comenta Jogeneel- El tiempo no mejora y ahora tenemos unos vientos fuertes y con una muy mala dirección para el avance del nado. Cosas de la vida, estamos teniendo uno de los peones meses de febrero en 20 años. El día 15 tengo que regresar a Málaga y seguramente no podré ni intentar hacer la travesía. Me estoy planteando volver el mes próximo de marzo, pero ya es complicado por el dinero, vacaciones del trabajo... tendría que encajar muchas cosas. Pero mi pasión y la felicidad que me produce nadar y el objetivo social de esta prueba me hace que nunca pierda la esperanza”.