Rabia contenida, silencio desgarrador de una plantilla que ha sufrido y sufre y que hoy ha superado al Academia Octavio (29-34), con muchísimo talento. Del talento de los hermanos Castro, Luis y Alberto, los más jóvenes de la plantilla, que hoy al fin se han hecho mayores. Como los restantes siete compañeros que junto a Eduardo Izquierdo han cruzado España en autobús para superar otro escollo. El más complejo hasta el momento. Porque Izquierdo comunicó tras el partido al club que deja de ser el entrenador. Los impagos se acumulan, su nómina no ha sido abonada desde meses atrás y, con el objetivo de la salvación ya conseguido, el objetivo es ahorrar el máximo dinero posible para que el club no se pierda.
La primera parte fue de claro dominio gallego y al descanso se llegó con el resultado de 17 a 14. La arenga en el vestuario y las correcciones llevadas a cabo por el técnico dieron su fruto y en poco más de quince minutos doblegaron al rival (22-23). A partir de ahí una mezcla de rabia y fe, de talento y chispa, se pusieron de manifiesto en los nueve héroes de Vigo para poco a poco ir sentenciado el choque.
Alberto Castro y Luisma Lorasque, con ocho dianas, lograron prácticamente la mitad de los goles de su equipo, de un equipo, para el que se agotan los calificativos. El sábado ante Bordils el Argüelles debe responder. Los Bertos, Díaz, Francis, Maireles, Ceballos, Luisma, Villamarín y los hermanos Castro se lo merecen.