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Las peticiones de Emery

Álvaro Ramírez

Unai Emery es un buen entrenador. Más allá de gustos y peculiaridades, los números no engañan, y logra más éxitos que fracasos. Que se lo digan al Sevilla, que levantó la última Liga Europa con él en el banquillo. Emery, además, saca muy buen rendimiento a sus equipos, algo que ofrece un plus a su figura como entrenador. Emery, asimismo, es un auténtico 'currante' del fútbol. Jugador de segunda fila, ha pasado a la primera línea en los banquillos y quienes lo conocen aseguran que su dedicación es absoluta.

Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, es un muy buen director deportivo. Muy probablemente el mejor de España y muy posiblemente de los mejores de Europa. Lo es porque en la balanza de aciertos y errores, que de ambos hubo, ganan por goleada abrumadora los primeros. Y de forma brillante, con ventas históricas en el Sevilla y alguna que otra en el mundo del fútbol. Compra mejor que casi todos y vende mejor que casi todos. Además, la mayoría de futbolistas que trae al Sevilla se revalorizan y crecen hasta convertirse en piezas codiciadas del mercado. Es uno de los secretos, quizás el mayor, de los éxitos del Sevilla.
Y precisamente por estas virtudes tan definidas de uno y otro llama la atención que el conjunto nervionense haya accedido y compartido este verano tanto la visión del entrenador en cuanto a refuerzos. Si bien es cierto que Krychowiak era un desconocido prácticamente para Emery, y si bien es cierto que el vasco quería que Alberto siguiera, lo cierto es que el Sevilla le ha dado el 'capricho' a su entrenador de contratar a Éver Banega, incorporación de calidad indudable, tanta como el riesgo que conlleva contar con un futbolista de vida evidentemente desordenada. Banega es una petición del técnico, que precisamente no acabó muy bien con él en Valencia, una petición que conlleva mucho riesgo, pero que es responsabilidad de la dirección deportiva primero y del máximo dirigente del club después, José Castro. El riesgo, además, no se ha tomado con un jugador o un futbolista complementario, se ha tomado con una pieza que debe de ser clave en este Sevilla, el organizador que le falta sin Rakitic. Porque Emery pide futbolistas, pero el entrenador pasará, y el jugador, al menos dos años, se quedará.
De ahí la incertidumbre que despierta su llegada. Sus anécdotas extradeportivas dan para un libro. Y si rinde en el Sevilla, el mérito irá a parar a Unai por haber sacado lo mejor de él. Si fracasa, la dirección deportiva es la máxima responsable de todo lo que llegue al club. Lo que podría haber sido una guinda para contentar al técnico llega como pastel. Y eso no quiere decir que el fichaje vaya a ser desastroso ni magnífico, eso el tiempo, el comportamiento y el rendimiento lo dirán, solo que es arriesgado, por petición del entrenador.
 

aramirez@eldesmarque.com

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  1. gorodealmaden

    Un futbolista que a costado 1.5 millones con 26 años y que costó 18 Valencia donde jugo, según el sus mejores años, no es un riesgo excesivo , además sabe que el sevilla es un buen sitio para revalorizarse y lanzar su carrera e irá la seleccion