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En los malos momentos…

La Platea de Juanma G. Anes
(Huelva Información)



Es difícil predecir el final de todo esto y, aunque pinta muy negro, me cuesta, como le cuesta a cualquiera a quien el Recre le haya dado alguna vez un pellizco, resignarme y pensar que dentro de pocas semanas o meses se cerrará el telón sin remedio alguno. Me cuesta pensarlo, pero tampoco sería una sorpresa. Esta ciudad es tan peculiar que es capaz de cualquier cosa, tanto de salvar al Decano en el último suspiro como de dejar morir a una de las señas de identidad más importantes de toda su historia, que se dice pronto. En cualquier sitio, tener al Decano del balompié nacional sería una mina de oro, sería defendido, cuidado y mimado hasta la extenuación, pero hasta ostentar el título de cuna del deporte rey parece ser una losa para este maltratado rincón. No tenemos arreglo.
Además, somos capaces de dejar morir a nuestro Decano mientras contemplamos durante su agonía a plañideras de esas que pueden hacer mucho para evitar un trágico final pero que miran ahora, como miraron siempre, para otro lado. Sí, va por quienes llevan toda la vida machacándonos sin apoyar de verdad ni al Recre ni a nada que lo merezca. Puede caer el Recre como ya cayó el baloncesto, el voleibol y como tiene visos –esperemos que no- de caer el bádminton. En ocasiones fingen que se preocupan por esta tierra, pero es mentira: los verdaderos cuartos se los gastaron (y se lo gastan) en otros lares, en otros clubes … o en construir estadios ‘fantasma’. Y eso es innegable.
Cansado ya de escuchar a los culpables de esta crítica situación (no hay uno solo, han sido varios a lo largo de muchos años)… ¿qué nos queda? Esperar…y poco más. Bueno, e ir al estadio a apoyar a esos que, muy dignamente, defienden el escudo. Por ahora y por el pasado. Al menos, si nuestro aliento sirve de algo, aunque sea para compartir con otros tantos el sufrimiento, allí estaremos. Por los que siguen dentro, por los que ya no están pero dejaron su impronta, por esos niños que no entienden -ni tienen por qué entender- de qué va esta historia pero que visten con orgullo cada partido su camiseta albiazul, por los que se fueron antes de tiempo… Ya casi da igual dónde y cómo acabemos este curso; el caso es que esto no se acabe del todo. Como dice la canción de los que nunca paran de animar, “te juro que en los malos momentos, Decano, contigo voy a estar”. Pues quizás no haya un mejor momento que éste para que Huelva le muestre un poco de cariño a su Decano… que algo de cariño, creo, se merece.

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